Empresas Polar, casi un patrimonio nacional de los venezolanos, decidió suspender desde el viernes la producción de todas las presentaciones de su popular cerveza en las cuatro plantas que posee en Venezuela. La operación más importante de la compañía localizada en San Joaquín, en el Estado de Carabobo, al centro del país, ha concluido llenando los últimos envases y apagando sus máquinas debido a la falta de materia prima para elaborar el producto.
Polar abastece al 80% del mercado local y las escasas presentaciones de su producto en supermercados y licorerías ocasionan grandes preocupaciones en un país devoto de las bebidas alcohólicas. Su principal competidora, la cervecera Regional, podría alcanzar el 20% del mercado trabajando a marchas forzadas todos los días del año. El escenario jamás imaginado se ha hecho realidad. En Venezuela está racionada la celebración. El desabastecimiento ha obligado a los licoreros a vender limitadas cantidades de botellas de whisky.
En un comunicado difundido hace una semana la empresa denunció que el Gobierno de Nicolás Maduro no ha entregado las divisas para importar cebada malteada. En Venezuela rige un severo control de cambios desde febrero de 2003 y el Estado se encarga de asignar las divisas a través de Cencoex. Pero la caída en barrena de los precios del petróleo y el modelo de desarrollo chavista, que necesita de un gran gasto público para sobrevivir, ha dejado al Ejecutivo sin los dólares necesarios para abastecer a otras áreas menos prioritarias en la marcha de la economía. Polar afirma que ha agotado todas las opciones de endeudamiento con sus proveedores internacionales.
En febrero de este año, la Cámara Venezolana de Fabricantes de Cerveza (Caveface) informó sobre los críticos niveles de cebada malteada, producto que por razones climáticas no se puede cultivar en Venezuela. El Gobierno ha denunciado que Polar forma parte de un complot que busca derrocarlo. La empresa ha respondido reiterando su capacidad de producir al máximo rendimiento y proponiendo que las divisas que necesita para elaborar sus cervezas sean liquidadas a la tasa Dicom (360 bolívares por dólar), la apuesta del Gobierno para intentar cerrar la brecha con la cotización de la moneda estadounidense en el mercado negro.
Desde este viernes, unos 10.000 trabajadores directos se han ido a sus casas con un pago reducido por la suspensión de la faena. La empresa calcula que están también en peligro más de 300.000 fuentes de empleo entre franquiciados, clientes y proveedores de todo el país.
El dueño de Empresas Polar es Lorenzo Mendoza, la tercera fortuna de Venezuela según el más reciente listado elaborado por la revista Forbes, con 1.198 millones de dólares. El chavismo se ha querido valer de ese dato para intentar demostrar que la desaparición de los demandados productos de la empresa de los estantes del país obedece a la negativa de Mendoza de sacar dinero de su bolsillo para poner a producir a la compañía.