Sí se puede presentó el pasado 6 de octubre una moción en el Cabildo de La Gomera para que no se aplique la llamada ley de turismo de las islas verdes. La nueva Ley, aprobada en el Parlamento de Canarias el pasado 13 de septiembre, pretende ordenar en el suelo rústico la actividad turística en las islas de El Hierro, La Gomera y La Palma. Para Sí se puede la presente Ley, que viene a modificar la aprobada en el 2002, abre las puertas a la construcción turística sin orden en los espacios rurales y sobre los suelos de protección ambiental.
“Frente a una apuesta sostenible y de conservación de nuestro territorio se pretende instaurar un modelo de turismo de sol y playa en el ámbito rural. Así, en La Gomera no solo habrá turismo convencional, con aquellas 17 mil camas de alojamiento previstas, sino que se le añadirá una nueva modalidad a la cual no se le ha puesto ningún tipo de objeciones. Ello puede significar la degradación de nuestros espacios rurales, que son precisamente los que los turistas que vienen valoran más por su conservación y sus singularidades” señala Rubén Martínez, consejero de Sí se puede en el Cabildo insular.
La nueva Ley surge a partir de una proposición del Cabildo de La Palma con el objetivo de modificar la anterior que ya permitía la construcción de nuevos alojamientos en suelo rústico, si bien disponía de una serie de medidas que evitaban convertir el ámbito rural en zonas de turismo convencional.
«La ley ha contado con el rechazo de diferentes partidos políticos y plataformas sociales. Tal es así que en la actualidad se recaban denuncias para ser remitidas a la Comisión Europea al considerarse que se vulneran directrices europeas y que la tramitación del procedimiento legislativo ha estado plagada de irregularidades» insiste Martínez.
Entre las modificaciones de la nueva Ley está la desaparición de los límites globales y el ritmo de crecimiento de la actividad turística en el ámbito rural, lo que significa que se podrá construir sin control alguno. Además, se derogan las distancias mínimas entre actuaciones, permitiendo edificaciones continuas que podrán dar a lugar a núcleos turísticos en dicho ámbito y se disminuyen las exigencias de superficie para llevar a cabo edificaciones turísticas en suelo rústico. También se deroga el artículo que obligaba al mantenimiento de la actividad agrícola en dichas actuaciones y de dejan de ser excepcionales las edificaciones de carácter turístico en suelos de protección paisajísticas o culturales.
Otra de las disposiciones que se establecen son los llamados “Instrumentos de Planificación Turística Singular” (IPTS), proyectos que prevalecen sobre cualquier planeamiento en vigor y cuyos trámites de evaluación se simplifican. Cabe recordar que en base a dicha disposición en La Palma se pretenden legitimar actuaciones anuladas por una Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo, como es el caso de los campos de golf de Tamanca (Los Llanos), San Isidro (Breña Alta) o Barlovento y las instalaciones hoteleras asociadas.
“Entendemos que la alternativa que favorece el turismo en La Gomera no va por incrementar de manera brutal el número de camas alojativas y menos aún por implantar nuevas construcciones en el ámbito rural sin ningún tipo de control. Bien al contrario, debemos preservar nuestras singularidades y nuestra identidad que son nuestro principal escaparate y lo que más valoran los visitantes. Favorecer el turismo rural pero no convertir ese suelo en un espacio de especulación sin control. Nos la jugamos, o bien apostamos por modelos caducos como pretenden los que está a favor de esta Ley o bien ordenamos racionalmente y de manera sostenible nuestro modelo turístico” concluye el Consejero de Sí se puede.