Nada se ganará,al revés,todo serán pérdidas si el jefe del Gobierno,José Luis Rodríguez,decide anunciar el sábado -en la reunión del comité federal del PSOE- que renuncia a aspirar a la reelección en 2012,y se abre entonces un proceso de primarias antes de las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Esta es la posición esencial de parte de los políticos de Nueva Vía,la plataforma creada alrededor de Zapatero en 2000 para impulsar cambios en el partido.
Pero los 11 años transcurridos desde entonces han introducido cambios fundamentales en ese grupo. El principal: ya no son un grupo,ni actúan de manera homogénea. Tanto es así que parte de ellos aceptaría que el presidente hiciera el anuncio y se pusieran en marcha las primarias,y ayudarían en sus posibilidades a que el candidato elegido fuera el vicepresidente primero,Alfredo Pérez Rubalcaba .
Eso sí,unos y otros coinciden en asegurar que mantienen una lealtad absoluta hacia Zapatero,aunque admiten que le manifestarían su discrepancia,»dentro de los órganos internos del partido»,si fuera él quien impulsara «de forma apresurada» su sustitución,como aventuran algunos que pretende el aparato socialista. «La elección debe ser fruto de un debate no apresurado,no antes de mayo»,dicen gran parte de los consultados.
Ya algunos se lo dijeron el pasado lunes en la reunión de la ejecutiva federal. Quizá el más rotundo fue el eurodiputado Juan Fernando López Aguilar,para quien se equivocan aquellos de sus compañeros que concurren a las elecciones de mayo y piensan que se producirá «una despresurización» del ambiente si Zapatero anuncia que se va. López Aguilar estima que,lejos de ocurrir eso,el PP pedirá elecciones de manera inmediata y,además,instará a los votantes a castigar a los candidatos socialistas. «Todo el PSOE resultaría perjudicado»,le han escuchado decir.
También son contrarios al anuncio de retirada inmediata Jesús Caldera,presidente de la Fundación Ideas y responsable federal de Estudios y Programas; Álvaro Cuesta,secretario de Libertades y presidente de la comisión de Justicia del Congreso; y José Andrés Torres Mora,miembro de la ejecutiva y portavoz de Cultura. El ex ministro Jordi Sevilla,miembro desde primera hora de Nueva Vía,se alejó voluntariamente de la política tras un distanciamiento evidente con Zapatero. Todos fueron en cualquier caso miembros de este grupo,como lo fue Carme Chacón,ahora ministra de Defensa,a quien no se le ha escuchado opinión al respecto aunque se la sitúa como posible candidata en un eventual proceso de primarias.
Tan núcleo duro como ellos en la creación de Nueva Vía fue la ahora ministra de Asuntos Exteriores,Trinidad Jiménez; de hecho,Zapatero siempre ha dicho que su determinación fue esencial para que él decidiera dar un paso al frente. También Leire Pajín,ahora ministra de Sanidad,que al igual que la anterior está alineada con Zapatero y apoyará cualquier decisión que tome. A ellas se suma Consuelo Rumí,secretaria de Estado de Administraciones Públicas.
Pero quienes se oponen a que se abra el proceso de primarias de manera inmediata lo argumentan con razones de peso político y sin «nominalismos». «Ahora hay un clima de estabilidad parlamentaria,con reformas en marcha. ¿Para qué abrir la sucesión? Tendríamos a un presidente del Gobierno devaluado y a un vicepresidente [en referencia a Rubalcaba] al que el PP atacaría sin piedad». Esta es la reflexión de un miembro de este grupo,para quien «Zapatero está en condiciones de encabezar la recuperación,y todo el partido con él».
La opinión de que el líder socialista podría volver a ser el candidato en 2012 la defienden todos los que fueron de Nueva Vía,aunque los más cercanos estiman que,si él decide apartarse,le apoyarán sin condiciones ni objeciones. Es el caso de José Blanco,vicesecretario general,ministro de Fomento y mano derecha de Zapatero.
Las diferencias entre los miembros de Nueva Vía se aprecian con nitidez en su opinión sobre los pasos a dar si Zapatero anuncia el sábado que no se presentará a las elecciones de 2012. «Si quisieran abrir las primarias y cerrarlas en 20 días,en abril,no habría capacidad de reacción y seguramente no habría más que un candidato; muchos no estarán de acuerdo»,aventura uno de los impulsores de Zapatero en 2000. Estos interlocutores están seguros de que tanto el aparato como la mayoría de los barones respaldan la tesis de que el candidato único debe ser Rubalcaba.
En esta línea,se estarían produciendo sondeos a otras personas del partido para conocer su opinión al respecto. Se cita,entre otros,a Eduardo Madina,secretario general del Grupo Socialista. Eso sí,la mayoría de los antiguos miembros de Nueva Vía aseguran que nadie les ha consultado.
¿Se opondría alguno a la candidatura de Rubalcaba? Los más zapateristas,en absoluto. Otros en cambio se amparan en que el proceso de sustitución habría que hacerlo con calma,para abrir así «distintas opciones».
Algunos guardan viejas rencillas con el vicepresidente,las mismas que mantienen con Blanco,a quien algunos,contrarios a las prisas,le atribuyen capitanear la operación a favor de Rubalcaba. Ahora bien,los más realistas resaltan que el vicesecretario general nunca haría nada que molestara a Zapatero.