En las ya próximas elecciones municipales y autonómicas sucederá lo que tenga que suceder,esto es,lo que sea la voluntad de los electores,como no puede ni debe ser de otra manera,pero será inevitable su lectura en clave de política nacional,es decir,como pronóstico,sólo en cierta medida pero en medida interesante y significativa,de lo que pueda ser la voluntad de los electores en las elecciones generales que decidirán quién sea el inquilino de La Moncloa en los próximos años. Que el PP está en alza lo reconocen incluso los investigadores demoscópicos cercanos al PSOE,pero lo importante es medir la dimensión y firmeza de ese crecimiento electoral para poner prudencia y evitar expectativas sobredimensionadas.
Que el PSOE recorta,lo dicen así mismo,con rara unanimidad,los expertos demoscópicos,pero son necesarios elementos adicionales de análisis,como los que van a proporcionar las urnas municipales y autonómicas,para saber la intensidad de ese recorte -por ahora muy vinculado al creciente rechazo que suscita la figura personal de Rodríguez Zapatero incluso entre los segmentos de electores más o menos proclives al PSOE- y de su más o menos probable traslado,y en qué medida,a las urnas de las elecciones generales,porque,como en la antigua y conocida advertencia,“no está el mañana,ni el ayer,escrito”. Al fin y al cabo,como muy bien saben los dirigentes del PP,Pérez Rubalcaba no es Rodríguez Zapatero,sino el extraordinariamente astuto político que,con su inteligente utilización de los sorprendentes y terribles errores del Gobierno Aznar en el trágico 11-M,llevó a Rodríguez Zapatero al triunfo electoral y por tanto a La Moncloa.
El ambiente en la madrileña calle de Génova,en la sede central del PP,es de pleno convencimiento de que el PSOE,o al menos,el PSOE de Rodríguez Zapatero,está en rampa de caída y de que las ya cercanas elecciones municipales y autonómicas certificarán ese declive e iniciarán el corrimiento de importantes segmentos electorales hacia el PP en alza. Lo que las urnas municipales y autonómicas nos van a permitir saber es la mayor o menor solidez de los datos que sustentan ese convencimiento. En nuestro país hay una seria e intensa tradición histórica que permite e incluso obliga a valorar los resultados de las urnas municipales y autonómicas en clave nacional. El partido que gane las elecciones municipales y autonómicas saldrá en nítida posición de ventaja hacia las urnas de las elecciones generales. Esto lo sabe sin duda Pérez Rubalcaba,pero lo sabe también el hombre que mueve los hilos en Ferraz,esto es,José Blanco,por lo que puede asegurarse que el PSOE va a hacer todo lo posible y parte de lo imposible para que el resultado de las urnas municipales y autonómicas no certifique su declive. Como es natural y lógico,también lo saben en Génova,por lo que el PP se volcará en lo contrario,esto es,en obtener en las urnas municipales y autonómicas un resultado tan favorable que abra el camino hacia el triunfo en las elecciones generales. La campaña va a ser intensa y dura,y cada dato de los resultados se analizará con todos los detalles. De modo y manera que estas ya cercanas elecciones municipales y autonómicas van a exceder con mucho su ámbito específico y van a ser,tiempo al tiempo,de extraordinaria dureza. Al final del final,sucederá lo que tenga que suceder,pero lo mismo el líder popular Mariano Rajoy que el ya certificado líder socialista Alfredo Pérez Rubalcaba son conscientes de la importancia adicional de estas elecciones municipales y autonómicas en clave nacional,no sólo por los resultados,sino muy preferentemente por la lectura que la opinión pública haga de esos resultados.
Como será difícil que alguien encuentre en este modesto observador elemento alguno de respaldo o siquiera simpatía hacia Rodríguez Zapatero,me siento legitimado para recordar a los dirigentes del PP la conocida advertencia de que unas elecciones no están ganadas hasta que se cuenta el último voto. Que el PP sale de ganador es inocultable y lo dicen todos los expertos demoscópicos,pero precisamente por ello sus estrategas electorales no deben minusvalorar la capacidad de reacción y movilización del PSOE,sobre todo,si quienes manejan sus hilos son personajes de tan certificados recursos en el ámbito de la opinión pública como Alfredo Pérez Rubalcaba y José Blanco,y que cuentan todavía con los extraordinarios resortes del poder.
Será inevitable la lectura en clave nacional de los resultados de las urnas municipales y autonómicas,por lo que,en esta ocasión,el PP,aún saliendo de ganador en las encuestas,deberá hacer el máximo esfuerzo por lograr una campaña que no sólo obtenga hasta el último de los votos amigos,sino que le permita penetrar en ese importante espacio de los votos indecisos que pueden decantarse en una u otra dirección precisamente en función de los elementos argumentales de la campaña. Para un PP que llega a estas elecciones municipales y autonómicas en clave de elecciones generales no se trata sólo de ganar,sino que necesita certificar más que un cambio,un auténtico corrimiento de la opinión pública a su favor,de modo que la ciudadanía reciba los resultados como un anticipo casi inexorable de los que se producirán,en su momento,en las urnas de las elecciones generales,ya que sólo de esa manera el partido de la oposición empezará a ponerse a cubierto del diluvio de mensajes de comunicación que,sin la menor duda,ya prepara Pérez Rubalcaba para cuando llegue el momento de pelear por La Moncloa.
A estas alturas,el ambiente en las sedes de los dos grandes partidos nacionales es muy significativo. En la sede nacional del PP,en la madrileña calle de Génova,hay ambiente de victoria y se perciben expectativas de poder,pero en la sede nacional del PSOE,en Ferraz,incluso a pesar del ya inocultable y acelerado desmoronamiento del que se llamó “fenómeno ZP”,no hay ni mucho menos el ambiente de fatalismo o derrota que cabría esperar,porque los dirigentes y militantes socialistas piensan que Pérez Rubalcaba aún puede dar la vuelta a la situación,tanto mejor,eso sí,en la medida en que,cuanto antes,disminuya la visibilidad en la opinión pública del líder que ya ha pasado de “fenómeno ZP” a “problema ZP”. En el ámbito de las elecciones municipales y autonómicas,es inocultable que en esta situación de expectativas abiertas para la política de ámbito estatal cobran importancia añadida las ya inminentes elecciones municipales y autonómicas,cuyos resultados recibirán inevitablemente una lectura en clave nacional. Harían bien los dirigentes del PP en tener la vieja prudencia de no vender la piel del oso antes de haberlo cazado y aplicar ahora mismo todos los esfuerzos y todas las capacidades a ganar estas elecciones municipales y autonómicas,porque sólo desde un buen resultado,a ser posible un excelente resultado,en las urnas municipales y autonómicas,se mantendrá la tendencia actual hacia la victoria en las elecciones generales. Cualquier proceso electoral es,sobre todo,un estado de opinión y un mecanismo de manejo de la opinión,de manera que el convencimiento de ganar es una palanca absolutamente imprescindible para realmente ganar.
Esto lo llevan haciendo muy bien y desde muchos años atrás los estrategas electorales del PSOE,con lo que en la madrileña calle Génova deben ser conscientes de que no es suficiente con que “las cosas sigan su curso” por buenos que sean los datos demoscópicos. Para escribirlo con toda claridad,si el PP quiere mantener y fortalecer sus actuales perspectivas de triunfo en las elecciones generales debe aplicarse a obtener el mejor resultado posible en las inmediatas urnas municipales y autonómicas,porque ese resultado sería el mejor activo de campaña para las elecciones generales.
Sucederá lo que tenga que suceder,pero si realmente aspira a ganar las próximas elecciones generales,el PP no puede conformarse con unos pasables resultados en las municipales y autonómicas,sino que necesita unos buenos y a ser posible,excelentes resultados,con los que se le habría despejado el camino hacia el triunfo en las elecciones generales.
Claro que esto lo saben también en el PSOE y por tanto es seguro que,ya a estas horas,tanto José Blanco como Alfredo Pérez Rubalcaba están diseñando las estrategias que permitan si no impedir,por lo menos,reducir el nivel de un eventual triunfo del PP en las urnas municipales y autonómicas. Para decirlo con entera claridad,las elecciones que vienen son sólo municipales y autonómicas,pero ha empezado ya la campaña de las elecciones generales.