Entre las patologías que le provoca al ser humano destaca la meningitis eosinofílica,una enfermedad grave a la que se asocian síntomas como cefaleas,nauseas,vómitos,fiebre,convulsiones,parestesias y funcionamientos anómalos de los nervios craneales.
Grave
En muchas ocasiones,los pacientes de meningitis eosinofílica se pueden recuperar; sin embargo,en otros casos la evolución de la enfermedad puede ser fatal,sobre todo cuando se está ante infecciones de carácter masivo.
Las larvas del parásito Angiostrongylus cantonensis las portan las ratas en sus pulmones y son expulsadas a través de las heces fecales de estos roedores. Estas larvas se transforman en larvas infecciosas al ser ingeridas por los caracoles de tierra y las babosas.
Una vez entran en la cadena alimenticia,el ser humano puede contraer la infección parasitaria al ingerir moluscos crudos infectados,verduras contaminadas por las secreciones de los moluscos,cangrejos o camarones de agua dulce que,a su vez,han digerido moluscos infectados. Estamos ante un ciclo biológico del parásito en el que entran en juego roedores,moluscos,crustáceos y peces.
Cuando un ser humano contrae la infección,las larvas del Angiostrongylus cantonensis penetran en sus vasos intestinales y emigran desde ellos hasta el cerebro. afectando al sistema nervioso central y algunas veces a los pulmones.
Sin fármaco
Hasta el momento no se ha encontrado un fármaco eficaz para tratar la infección producida por este parasitismo exótico,por lo que el conocimiento de las formas de contraerlo es importante para adoptar actitudes preventivas.
El director del Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias,Basilio Valladares,asegura que es extraña la presencia de este parásito en el archipiélago canario,puesto que se suele encontrar en otras regiones de Asia y Centroamérica.
Zonas del norte
El estudio realizado por científicos de este Instituto ha desvelado que el parásito se encuentra en dos zonas del norte de Tenerife; una es Tegueste y la otra,la zona baja de Tacoronte.
“Hasta el momento se descarta su presencia en el resto de las Islas,aunque se prevé que también pueda encontrarse en Gran Canaria”,señala Basilio Valladares.
La principal hipótesis que baraja el Instituto de Enfermedades Tropicales es que la introducción del parásito en Tenerife se deba a la llegada de ratas infectadas por el parásito,en barcos de transporte de mercancías.
“Sin embargo,con los hábitos alimenticios que tenemos en las Islas,no debe haber ningún riesgo de contagio,porque no comemos babosas crudas y lavamos bien los vegetales antes de comerlos”,advierte Valladares quien asegura también que “no hay necesidad de generar ningún tipo de alarma social”.
Por tanto,para evitar el contagio es recomendable impedir la ingestión de caracoles,babosas y camarones crudos,lavar correctamente los vegetales y las frutas,evitar la ingestión de agua sin tratar,obtenida de lugares abiertos,proteger a los niños pequeños para que no jueguen con babosas y caracoles vivos,así como eliminar las ratas de las cercanías de las casas.
*Reportajes elaborados por la colaboración entre el Aula de Cultura Digital Interactiva de la ULL (Acudi) y DIARIO DE AVISOS