Barcos militares europeos y de la OTAN dejaron morir en el mar de hambre y sed a 61 inmigrantes en el mes de marzo cuando la embarcación con la que pretendían llegar a la isla italiana de Lampedusa desde Libia quedó a la deriva por el Mediterráneo. La Alianza Atlántica ha abierto una investigación.
Pese a las numerosas llamadas de auxilio no sólo de los ocupantes de la barcaza,sino de la Guardia Costera italiana,nunca fueron atendidos. Sólo 11 personas sobrevivieron.
El diario británico The Guardian denuncia este lunes la tragedia de estas personas,que llegaron a estar en contacto con un helicóptero militar y un buque de guerra de la OTANsin ser atendidos. El periódico presenta la información a partir del relato de los 11 supervivientes,que confirmaron haber estado 16 días en alta mar.
«Cada día nos despertábamos y encontrábamos más cuerpos,que dejábamos a bordo durante 24 horas y después tirábamos por la borda»,explica al diario Abu Kurke,uno de los inmigrantes que trataba de llegar a Italia en esa embarcación. «En los últimos días no sabíamos ni quién éramos […] Todos estaban o rezando o muriendo».
«El Mediterráneo no es el Lejano Oeste»
Segun explica el diario,el derecho marítimo internacional obliga a todos los buques,incluidos los militares,a atender las llamadas de socorro de los barcos que se encuentran en las proximidades y a prestar auxilio. Algunas ONG especializadas en derechos de los refugiados han reclamado que se lleve a cabo una investigación sobre las muertes,mientras que desde el organismo de Ayuda al Refugiado de la ONU,se exige el cuplimiento de la colaboración en el mar.
«El Mediterráneo no puede convertirse en el Lejano Oeste […] Los que no rescatan a personas en peligro en esas aguas no pueden permanecer impunes»,reclamó Laura Boldrini,portavoz de ACNUR.
De la investigación llevada a cabo por The Guardian se desprende que uno de los barcos que habría hecho caso omiso a la llamada de los inmigrantes fue el portaaviones francés Charles de Gaulle que,una vez estudiadas las fechas,se encontraba en la misma zona que la barcaza a la deriva.
Los militares nunca llegaron
Según el periódico,uno de las personas que iba en el bote se puso en contacto mediante un teléfono satelital con el cura etíope Mosses Zerai,quien a su vez alertó a los guardacostas italianos en Lampedusa.
La Guardia Costera contactó con las fuerzas desplegadas en el Mediterráneo y un helicóptero militar llegó a la altura de la embarcación,a la que lanzó botellas de agua y galletas. Los soldados hicieron gestos a la tripulación de la barcaza señalándoles que serían rescatados. Después el helicóptero se fue y nunca más se supo del rescate.
«Lo sucedido constituye un crimen,un crimen que no puede quedar impune sólo porque se trataba de inmigrantes africanos y no de turistas de un crucero»,denunció el Zerai al diario.
En la embarcación viajaban en total 72 personas,entre las que había mujeres,niños pequeños y refugiados políticos.
La OTAN investiga
La reacción de la OTAN a las informaciones de The Guardian han llegado pasado el mediodía. Según informa EFE,un portavoz de la Alianza ha confirmado que están empezando a investigar lo sucedido para verificar si es cierto que alguna de sus embarcaciones no atendiera a los inmigrantes en alta mar. Algo de lo que,como dijo la misma fuente a la agencia española,»son conscientes de sus obligaciones de salvaguardar vidas en el mar».
El portavoz quiso recordar que las unidades navales de la Alianza Atlántica salvaron a finales de marzo a dos embarcaciones en apuros con inmigrantes procedentes de Libia,que llevaban unos 300 y 210 pasajeros a bordo.