PERE RUSIÑOL .- El pasado 11 de agosto,el vicesecretario de Comunicación y portavoz del Partido Popular (PP),Esteban González Pons,creó una etiqueta en la red social Twitter que tuvo un gran éxito de forma inmediata. Se llamaba #recortesPSOE.
Pero,al día siguiente,el Gobierno italiano de Silvio Berlusconi,uno de los pilares del Partido Popular Europeo,aprobó un drástico tijeretazo que impone la fusión de 1.500 municipios,la supresión de 54.000 empleos públicos,recortes de hasta mil millones adicionales en las pensiones,reintroduce el copago en la sanidad pública 10 euros por la visita al especialista,25 por ir a urgencias y fija nuevos impuestos a las rentas del trabajo y a los depósitos bancarios.
Italia estaba siendo acosada por los mercados con la misma intensidad que la España de #recortesPSOE.
Y el mismo día 12 de agosto,trascendió que el nuevo Ejecutivo portugués de Pedro Passos Coelho,el héroe del PP europeo que acaba de reconquistar Portugal tras dos legislaturas socialistas,va a adelantar cuatro meses el incremento del 6 al 23% del IVA que grava el agua y la luz y que,además,prepara recortes adicionales inmediatos por valor de 2.000 millones. Y eso que quien en 2010 fue una de las estrellas de la Escuela de Verano de FAES,el think-tank del PP,ya había sorprendido dos meses antes con un nuevo impuesto por el cual el Gobierno se quedará con el 50% de la paga de Navidad de los trabajadores.
González Pons liquidó la recién estrenada etiqueta de Twitter la misma noche del día 12,según informó Europa Press. Y,al día siguiente,la sustituyó por otra: solucionesPP
La paradoja
El éxito electoral de los socios europeos del PP se ha convertido,paradójicamente,en un contratiempo para la estrategia de Mariano Rajoy en España. Cuando,según los sondeos,acaricia al fin el cetro de la Moncloa tras ocho años persiguiéndolo infructuosamente,y con todo el poder autonómico que atesora el PP tras el 22-M congelado a la espera de que pase el 20-N,los drásticos recortes que impulsan en toda Europa los Gobiernos conservadores amigos amenazan el punto central de su estrategia electoral: evitar que los electores progresistas desencantados con el PSOE se movilicen por el miedo a que el PP desmantele el Estado del bienestar.
«Si Rajoy fuera sincero y explicase su programa,que obviamente es el mismo que aplican sus referentes europeos en toda la UE,el PP se arriesgaría a perder las elecciones»,sostiene el politólogo británico Matt Browne,investigador senior del progresista Center for American Progress,con sede en Washington.
«El ejemplo lo tenemos en Reino Unido: la gente aceptaba que tenía que haber ciertos recortes y Cameron lo dijo en campaña y ganó,aunque se quedó sin mayoría absoluta»,prosigue Browne. Y añade: «El problema es que fue deshonesto porque no desveló la magnitud de lo que iba a hacer y ahora,claro,la gente no se lo perdona y está hundido en todos los sondeos».
El plan de ajuste del Gobierno de Cameron en Reino Unido es el más duro de todos los que están en marcha en Europa y el más radical en su país desde la II GuerraMundial,y ello pese a que en medio pasó el torbellino Margaret Thatcher con una amplísima agenda de recortes: Cameron aspira a recortar 93.000 millones de euros de déficit en cuatro años con las siguientes medidas,entreotras: despido de 500.000 funcionarios,recorte del 25% del presupuesto de la mayoría de ministerios,poda de 22.000 millones en servicios sociales,subida de casi tres puntos del IVA,aumento de hasta diez puntos de la tasa que grava ciertas rentas del ahorro,aumento de las tasas universitarias que en ocasiones superan el 100%…
Este plan de choque es el que gusta a Rajoy,según ha confesado él mismo. Lo dijo,eso sí,un solo día,en octubre de 2010 y en el contexto de una larguísima entrevista con El País realizada en una «atmós-fera de afabilidad personal»: «El plan de Cameron da confianza; yo haría algo similar en España»,afirmó.
El guión previsto
Es la única vez que el líder se saltó tan a la brava el guión de moderación que le impone su sociólogo de cabecera,Pedro Arriola,con el que resulta muy difícil llegar al terreno de lo concreto. Pero Rajoy regresó en seguida al manual y el día en que José Luis Rodríguez Zapatero anunció que iba a adelantar las elecciones compareció sin mácula de Cameron: «No tengo intención de hacer recortes sociales»,prometió.
El pasado junio,cuando todos los líderes del PP europeo,que impulsan recortes en todos los países donde gobiernan,se reunieron para tratar en vano de doblar el brazo al díscolo líder conservador griego,en la oposición,Rajoy se quedó en España alegando un resfriado. Y ahora,en el momento cumbre de la polémica por los drásticos ajustes anunciados por sus socios Berlusconi y Passos Coelho,en pleno asedio de los mercados sobre España e Italia,el candidato conservador buscó refugio en la Festa do Pulpo de su tierranatal,donde se limitó a negar que él vaya a imitar a sus socios europeos. Al sostener que España está igual de mal que Italia,se vio obligado,a preguntas de los periodistas,a detallar cuál sería su alternativa: «Suprimir organismos públicos y entes autónomos para simplificar la Administración».
A lo largo de la semana,varios pesos pesados del partido han salido en tromba en pleno agosto para negar que el PP quiera aplicar en España las recetas de sus socios si gana el 20-N. «No se recortará en salud ni educación ni servicios sociales»,prometió el jueves Javier Arenas,vicesecretario del partido y candidato a presidir la Junta de Andalucía. «Hay que reducir el gasto,pero ello no implica recortes sociales ni que sufran los ciudadanos»,insistió el viernes Esteban González Pons,vicesecretario y portavoz.
El responsable de Economía del partido,Cristóbal Montoro,descartó rotundamente que vayan a subir impues-tos siguiendo la estela de Cameron (IVA,bancos,rentas altas),Berlusconi (rentas altas,bancos) y Passos Coelho (IVA,paga extra de los trabajadores): «Si metemos más mano al bolsillo de los españoles,les arruinamos,hundimos la confianza,no habrá recuperación económica,no habrá nuevo consumo. Por tanto,por ahí no»,aseguró Montoro a Europa Press.
Contradicción
La aparente contradicción entre la promesa de reducir el déficit sin subir impuestos ni asumir algún recorte social impopular ha sido subrayada por el catedrático de Política Económica de la Universitat de Barcelona Germà Bel en un reciente artículo en La Vanguardia con elocuente título: Es broma,¿no? Empieza así: «Habíamos entrado en agosto con una única declaración económica relevante del líder del PP: No habrá recortes sociales'. Bueno,eso decían también hace hasta muy poco los presidentes conservadores en Italia y Portugal».
«La derecha española es muy populista y nunca dirá antes de las elecciones que hay que hacer recortes. Pero es obvio que los va a hacer y dirigidos por los alemanes»,sostiene el catedrático,exdiputado socialista,hoy muy alejado del partido,en conversación con Público. Y concluye: «El problema es que esta actitud tiene a medio plazo un coste en términos de paz social,porque la pérdida de credibilidad será brutal».
«Está claro que Rajoy no saldrá de su guión porque ser demasiado sincero le podría perjudicar»,opina el consultor de comunicación Antoni Gutiérrez Rubí,quien subraya que el patrón que se está imponiendo en toda Europa es negar los recortes en campaña y descubrir luego un «agujero descomunal» para justificar la dureza de las medidas. Así lo hizo el socialista Yorgos Papandreu en Grecia y,a lo largo de toda la península ibérica,Artur Mas en Catalunya,María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha y Passos Coelho en Portugal.
«Lo que hace el PP es ir creando,con una cocción a fuego lento,la atmósfera que justifique recortes drásticos tras las elecciones,si gana»,remacha Gutiérrez Rubí.
El fuego sólo se avivó cuando Rajoy proclamó su entusiasmo por el plan de Cameron. Pero,salvo ese momento,el líder conservador siempre ha mantenido la cocción a fuego lento: como cuando dijo,en las jornadas de junio del Cercle d'Economia en Sitges (Barcelona) que «España tendrá el Estado del bienestar que se pueda permitir». O cuando hizo de presentador,el mes pasado,del libro Lo que hay que hacer con urgencia,obra de 32 economistas,la mayoría destacados neoliberales próximos al PP,que incluye un trabajo del catedrático José Barea,partidario de reducir drásticamente la cuantía de las pensiones públicas.
En 2010,Cameron cerró la campaña en Reino Unido acusando a la izquierda de apelar al miedo y prometiendo con gran solemnidad «tomadme la palabra,os lo digo con el corazón»,dijo que reduciría el déficit sin recortes sociales.
En 2011,Passos Coelho prometió en Portugal ajustes sin subir nunca los impuestos.
En España,se acerca el 20-Ny,entre pulpos y etiquetas en Twitter,Rajoy y su equipo repiten un mantra: «El PP no hará recortes sociales».