En el ojo del huracán del conflicto entre Madrid y las Islas,el presidente Rivero envió el pasado domingo un mensaje a Mariano Rajoy pidiéndole que actúe “de acuerdo con Canarias” en vez de “contra Canarias”.
En su mensaje,Rivero destaca que existe buen entendimiento entre administraciones (plantones y demás: pelillos a la mar),pero se chiva de las zancadillas del ministro Soria,que se la pasa tomando decisiones injustas y contraproducentes para las Islas,ignorando además al Gobierno de Rivero,atentando así contra “el desarrollo del Archipiélago”.
Rivero anima a Rajoy a mantener con su Gobierno (con el de Rivero) una voluntad de más cooperación y más diálogo,y recuerda -por si acaso Rajoy no le hace caso- que su Gobierno (el de Rivero) se mantendrá firme y vigilante ante las decisiones que “objetiva y demostrablemente” resultan contrarias a los intereses de Canarias y que perpetre el Gobierno (de Rajoy). Rivero considera “incontestable” que las primeras decisiones del Gobierno (de Rajoy) están provocando “una creciente preocupación e inquietud” en Canarias.
Puede que tenga razón,que la subida del IRPF,el copago de la Justicia o la reforma laboral nos tenga a todos algo acongojados (con los congojos a la altura de la garganta),pero la cosa es que Rivero se refiere sólo a las primeras decisiones sorianas: la eliminación de la bonificación de las tasas aeroportuarias,la supresión de las primas a la energía renovable y el apoyo decidido de Soria a las prospecciones petrolíferas
No ha trascendido si el mensaje en cuestión fue un SMS o se produjo vía Twitter,que es lo que está ahora más de moda,pero lo que sí esta claro es que Soria ya tiene copia,porque le contestó acto seguido en los medios,manteniéndose en sus trece en materia de bonificaciones,ayudas,subvenciones y prospecciones. Seguirán las zancadillas,pues. Siempre me ha llamado la atención el lenguaje de Rivero: lo de las zancadillas debe ser un recuerdo de su etapa de maestro,y de las peleas de los pibes en el patio de colegio. La cosa es que el patio es ahora un poco más grande,y no debería bastar con considerar incontestables las maldades de Soria.
El Gobierno (de Rajoy) acaba de aprobar una reforma laboral que afecta a todos los trabajadores de Canarias,y Rivero no ha dicho ni pío. O no cree que sea perjudicial para las Islas,o quizá cree que las Islas que el representa sólo las pueblan empresarios turísticos y sus clientes,compañías aéreas bonificadas y gente que quiere invertir en el petróleo.