El Gobierno brasileño decidió el pasado mes de febrero endurecer las condiciones de entrada al país sudamericano alegando reciprocidad con los requisitos que España exige a los brasileños en aplicación de las normas fijadas por la UE para acceder al espacio Schengen.
Las nuevas reglas establecen que cualquier turista español deberá mostrar a su llegada a Brasil los comprobantes de los vuelos,de la reserva pagada del alojamiento si se trata de un hotel,y de que dispone de unos 170 reales brasileños diarios (unos 70 euros) para su manutención. Para acreditar la solvencia económica,se presentará la tarjeta de crédito y su última factura,para que pueda verificarse su límite.
Si se trata de una casa particular,es necesaria una carta de invitación de un residente en la ciudad de destino,en la que conste el plazo de estancia. Esta carta deberá estar compulsada ante un notario brasileño y acompañada del comprobante de residencia emitido a nombre del declarante. Asimismo,el pasaporte deberá tener una validez de al menos seis meses,no siendo preciso visado si el viaje no excede de 90 días.