Luis Doncel .- Europa echó este miércoles un poco de luz sobre el confuso plan de rescate a España. El problema es que la claridad en las cifras amenaza con cegar al Gobierno. «La línea de crédito no afectará al déficit público»,afirmó rotundo el presidente Mariano Rajoy el pasado domingo. Con un lenguaje técnico pero implacable,la agencia estadística europea desmiente sus palabras. «El crédito aceptado por el Gobierno español aumentará directamente la deuda pública. El gasto de los intereses del préstamo también tendrá un impacto directo en el déficit»,aseguró Eurostat en un comunicado. Y,peor aún,hasta las recapitalizaciones pueden contar como déficit,lo que puede desbordar las previsiones del Gobierno.
Faltan aún semanas para saber los detalles de la operación de salvamento a la banca,pero los que ya se conocen no invitan a la tranquilidad. Lo más preocupante es que no ha servido para disipar las dudas de los inversores sobre la capacidad de España para pagar sus deudas,sino todo lo contrario.
Pero además,todo apunta a que la factura suplementaria para pagar los intereses habrá que recortarla de otras partidas. Suponiendo 3.000 millones de euros anuales (un interés del 3% sobre el tope,100.000 millones),doblaría el ahorro que el Gobierno socialista de Zapatero logró al congelar las pensiones en 2010. El Gobierno confía en que la cantidad que necesite sea menor y en lograr a su vez intereses (al menos del 8,5%,según el comisario Joaquín Almunia) por algunas de las inyecciones de capital en entidades,de modo que la cuantía se rebaje.
Pero Eurostat dejó este miércoles claro que no solo los intereses son susceptibles de computar como déficit,sino también las propias recapitalizaciones,lo que abre un riesgo mucho mayor de que se dispare el déficit. Eurostat asegura que es demasiado pronto para dar una respuesta precisa sobre el impacto en el déficit. Como regla general,el dinero que el Gobierno meta en los bancos se considerará gasto público y,por lo tanto,engrosará el déficit cuando de hecho lo que sirva es para cubrir pérdidas. En cambio,señala la agencia estadística,cuando el Estado actúe como lo haría un inversor privado,buscando una rentabilidad,estará haciendo una transacción financiera,sin consecuencias para el déficit.
Este galimatías se traduce,por ejemplo,en que como el dinero público para Bankia irá íntegro como capital y trata de cubrir la falta de solvencia por las pérdidas en que ha incurrido,afectará en principio al déficit. Del mismo modo,las recapitalizaciones superiores a los 10.000 millones que pueden necesitar Novagalicia y CatalunyaCaixa corren el riesgo de contar como déficit. En todo caso,Eurostat matiza que analizará las recapitalizaciones caso a caso junto a las autoridades españolas.
En esos casos,el Gobierno confía en un hipotético saneamiento de las entidades para que vuelvan a ser rentables y aporten dividendos a las arcas públicas o ingresos por su privatización. Pero incluso en ese caso favorable,España tardaría en recuperar el dinero y el objetivo del déficit de este año estaría en peligro.
Pero las goteras del plan ideado para evitar el hundimiento de la banca no vienen solo por el lado de los intereses. El Gobierno ha insistido desde el primer día en que el rescate no conllevará más imposiciones de Bruselas que las dirigidas al sector financiero. «La ayuda no se vinculará a ningún programa de ajuste y no habrá condiciones adicionales de política fiscal ni de reformas estructurales»,dijo este miércoles de nuevo el ministro de Economía,Luis de Guindos.
Los desmentidos no le llegan ya solo desde la oposición o desde fuentes europeas. Algunos vienen de sus propios correligionarios. «Hay una condicionalidad directa al sistema financiero,pero no lo duden,también hay condiciones que van a afectar a la economía española»,dijo este miércoles el vicepresidente del Parlamento Europeo y eurodiputado del PP,Alejo Vidal-Quadras.
El dirigente popular asegura que Bruselas «obligará» a España a subir el IVA,eliminar la desgravación por vivienda y adelgazar la Administración Pública. «Todo antes de 2103»,añadió en una entrevista a Gestiona Radio. «Aun sin el rescate,Bruselas habría estado muy pendiente de los ajustes en España,pero ahora va a tener una pistola preparada para disparar continuamente»,asegura el catedrático Santiago Carbó.
Uno de los pocos instrumentos que podrían aliviar la situación de España,los eurobonos,se asoman en el horizonte,pero muy lejanos. El Parlamento Europeo instó este miércoles a la Comisión a presentar un plan para crear estos instrumentos,aunque en Estrasburgo admiten que se trata de una «solución a largo plazo».
Antes el Europarlamento quiere crear el llamado fondo de redención,una forma de mutualizar las deudas que sobrepasen el 60% del PIB en cada país (cantidad que suma 2,3 billones de euros). Los inconvenientes son varios: los propios impulsores admiten que estará lista,como muy pronto,en seis meses. Y además,los países más necesitados (Grecia,Irlanda y Portugal) quedarían temporalmente fuera por estar bajo las directrices de la troika. No está claro si España —rescatada,pero de forma suave— quedaría en un grupo o en otro,pero corre el riesgo de quedar excluida.
Y el tiempo se agota. «Si los líderes europeos no hacen algo y muy rápido,España perderá el acceso al mercado antes de lo que pensamos,quizás en julio. Alemania también sufriría. Ya ha aumentado la rentabilidad que tiene que pagar por su deuda»,asegura Carbó. En efecto. Alemania tuvo que aumentar este miércoles el rendimiento en una emisión. El precio,sin embargo,sigue siendo bajísimo (1,52%).
Mucho peor lo tiene Italia. Con una prima de riesgo disparada,el Tesoro se vio obligado este miércoles a ofrecer casi un 4% en una subasta de letras a un año. La última operación similar se había saldado a un 2,3%. La próxima batalla de la guerra del euro se juega en Roma. Promete ser la definitiva.