Los lectores nos argumentan que “el poco civismo” de algunos peatones que entienden que “donde hay basura se debe arrojar más” ante la falta de un servicio habitual en este sentido del Ayuntamiento; la ausencia prácticamente de mobiliario urbano donde brilla por su ausencia las papeleras,ni bancos que si existen en cambio por la zona del Hipertrebol se unen a una jardineras que no tienen plantas y que son el ‘depósito natural’ de colillas y ‘caquitas’ de perro.
Además,y volviendo al esqueleto antes mencionado,para más ‘ornamentación’ del transeúnte,existe una fea valla que a estas alturas no se entiende su cometido y que sirve solamente –según nos confirman—para que ‘la señora de los perros’ amarre a su canes y de paso les de comida.
Es verdad,que la finalización tan indeterminada en el tiempo de la obra de ‘la Sagrada Familia’ –perdón—del Pabellón de Deportes,dará luz propia a este paseo ante la indefinición de la finalización de esta ejecución. Cuando así sea,otro gallo nos cantará.
Mientras tanto,seguramente con un pequeño esfuerzo por parte de quien corresponda,la vida sería más llevadera para vecinos y empresarios colindantes. No costaría mucho. Seguramente menos,que lo que le cuesta a una persona disminuida con su silla de ruedas acceder al lugar,ante la existencia de barreras arquitéctonicas no superadas.
Es éste un llamamiento al Consistorio Municipal para que recuerde simplemente,que la numerosa vecindad de la zona,paga también y en muchas ocasiones sufridamente,los impuestos puntualmente.
Un paseo peatonal sometido al olvido en San Sebastián
