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El Pescante de Hermigua,pendiente aún de los derrumbes

NORBERTO CHIJEB | La piscina natural del Pescante de Hermigua y el Peñón han sido durante casi un siglo,la zona de baño predilecta de los habitantes de ese pueblo del norte de La Gomera.
Un lugar de gran trasiego cada verano que ahora ha visto mermada la presencia de bañistas ante los derrumbes que se suceden en las laderas que rodean a la pequeña carretera que llega hasta allí y que se encuentra cerrada desde hace tiempo,con una valla que impide el paso a los vehículos,aunque son muchas las personas que acuden hasta el bello paraje caminando bajo su estricta responsabilidad.
Unos desprendimientos de piedras,por otra parte,que han sido habituales,y que ya se daban con anterioridad. Desprendimientos que se quieren clausurar para poder volver a situar allí un bar y servicios sanitarios,como los ha habido otros años.
Los trabajos de acondicionamiento de la vía de acceso al Pescante de Hermigua ya comenzaron en abril,con un presupuesto de 400.000 euros que ha destinado la Demarcación de Costas,y que tiene como objetivo la realización de una separata que dote de seguridad a la zona en un tramo de unos 400 metros.
Sin embargo,ese acondicionamiento necesita de la colocación de mallas que impidan los desprendimientos de piedras,para lo cual,la alcaldesa Solveida Clemente se reunió la semana pasada con el presidente del Gobierno de Canarias,Paulino Rivero,en solicitud de una ayuda económica para ejecutar esa obra,que junto al acondicionamiento de la carretera,no solo daría seguridad al Pescante sino que actuaría como reclamo turístico en una zona muy querida por los hermigüenses porque aparte de su valor histórico -se construyeron en 1907 inmensos prismas para apoyar las grúas que embarcaban mercancías y personas- esa zona tiene un gran valor natural.
Si bien es verdad que,pese a esos peligros,hay personas que siguen acudiendo a la piscina natural,el reciente acondicionamiento de la playa de La Caleta y la evidente mejora en su acceso ha hecho que este enclave sea ahora el principal reclamo para los veraneantes de un pueblo que sigue enfrascado con sus dos piscinas,pues a los problemas de la natural se suma el contencioso que mantiene desde hace tiempo con el denominado centro de talasoterapia en la playa de Santa Catalina.

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