Cuando faltan pocos días para que se cumplan doscientos cincuenta y cinco años del nacimiento de Ruiz de Padrón,y para que éste sea nombrado hijo predilecto de La Gomera,me llega la triste noticia del fallecimiento de D. Ramón López Caneda,auténtico impulsor del conocimiento de la figura del doceañista canario,tanto en las islas como en Galicia. Este escrito no pretende ser otra cosa que un reconocimiento de su obra y un testimonio de gratitud por su generosidad.
Docente durante más de treinta años en Canarias,López Caneda aprovechaba las vacaciones en su Galicia natal para realizar un concienzudo trabajo de investigación histórica. Como premio a su inquietud y a su constancia,vieron la luz obras tan importantes como: Antonio José Ruiz de Padrón (1757-1823); El proceso de Ruiz de Padrón (1814-1818),expediente completo; o Inventario post-mortem de Ruiz de Padrón. Gracias a ellas,tenemos hoy un conocimiento mucho más preciso del diputado gomero,de su paso por el tribunal del Santo Oficio,de lo mucho que se le hizo sufrir por defender su ideología liberal,de lo consecuente que fue hasta el fin de sus días,etc. Es más,López Caneda fue capaz de arrojar luz sobre lo que hasta entonces se conocía en la historiografía dedicada a Ruiz de Padrón como los años oscuros.
Podemos decir,sin temor a equivocarnos,que hay un antes y un después de los trabajos de López Caneda en el conocimiento de la extraordinaria figura de Ruiz de Padrón,y sólo por eso merecería la consideración de quienes somos o nos sentimos gomeros.
Pero eso no es todo. Detrás de López Caneda había un docente de vocación,un profesor en el sentido más literal del término,y un ser humano lleno de generosidad. Digo esto último por experiencia propia. Cuando,en el año 1993,le solicité por carta información sobre dónde podía encontrar determinados artículos y obras sobre Ruiz de Padrón para mi primer trabajo sobre el sacerdote y diputado gomero,lleno de satisfacción por mi interés,me puso en contacto con el Instituto de Estudios Valdeorreses y con amigos personales suyos,y pude disponer de un material que me hubiera sido dificilísimo conseguir en bibliotecas o librerías. Junto a esa información,me envió un legajo inédito que había descubierto en el Archivo Diocesano de Astorga (León) y escribió textualmente: “Puedes utilizarlo con total libertad”.
Además,cuando,años después,pude aportar mi modesta contribución a un mayor conocimiento del diputado gomero,se alegró en lo más profundo de su corazón.
No es frecuente encontrar en el mundillo de la investigación histórica y de la Universidad personas que dispongan de información,y material valioso y que quieran compartirlo o donarlo. Por ello,el comportamiento de López Caneda me emocionó profundamente.
Cuando,el pasado mes de febrero,tuve el grandísimo honor de dar una conferencia sobre Ruiz de Padrón en la comarca de Valdeorras,donde ejerció y fue sepultado nuestro Antonio José,y donde había nacido López Caneda,no pude estrechar por primera vez la mano de este gran hombre,pues se hallaba metido en un trabajo sobre las hospederías del camino de Santiago. Desgraciadamente,ya no podré mostrarle en persona mi gratitud.
Sirva este escrito como testimonio público de reconocimiento y aprecio a una excepcional persona. Descanse en paz.
José Ignacio Algueró Cuervo.