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Rajoy anuncia que el segundo plan de reformas llegará el día 26 de abril

No hay seguridad absoluta pero el Gobierno español confía en que más pronto que tarde el gobierno europeo conceda más tiempo a España para cumplir el objetivo de déficit y alejar así la exigencia del 4,5% para 2013. «¿Qué ocurrirá?. Ya veremos»,ha dicho enigmático el presidente del Gobierno,Mariano Rajoy.
Es probable que se produzca esa flexibilización ante el reconocimiento de Rajoy de que se ha creado un grupo de trabajo en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para que,si ocurre,se traduzca inmediatamente en alivio de las comunidades autónomas. Esta traducción de flexibilidad hacia las autonomías se la ha pedido el líder del PSOE,Alfredo Pérez Rubalcaba,en el debate parlamentario en el que ha dado cuenta de la cumbre europea del 14 y 15 de marzo,que le ha valido la crítica por su «inanidad e irrelevancia»,como han coincidido todos los portavoces de la oposición. El propio Rajoy ha pedido «más apoyo» de Europa en contrapartida «a los sacrificios» de España. El presidente ha anunciado un plan contra la pobreza,»para las próximas semanas»,después de que el líder del PSOE se lo pidiera,y de haber presentado su propuesta durante el fin de semana.
Muchas preguntas le han hecho a Rajoy los portavoces de los grupos parlamentarios ante la unanimidad de la oposición en considerar esa cumbre como carente de trascendencia. No fue objeto de esa reunión europea,pero todos le han preguntado con ansiedad,transmitida por los ciudadanos,qué va a ocurrir con los depósitos tras «el corralito europeo» que ha supuesto el impuesto a los chipriotas que tengan más de 100.000 euros. La zozobra no se pasa después de que durante varias horas se instalara el anuncio de que la quita iba a alcanzar a todos los depósitos de más de 20.000 euros. «Los depósitos están garantizados en España»,ha dicho Rajoy a la oposición al estimar que los chipriotas han sido «atracados»,como ha señalado Rosa Díez,de UPyD. Pero en la misma línea de preocupación han estado Rubalcaba (PSOE),Josep Sánchez Llibre (CiU),Joan Coscubiela (ICV),Pedro Azpiazu (PNV),Alfred Bosch (ERC),Joan Camprubí (Compromis-Equo),Olaia Fernández Dávila (BNG) y Uxúe Barkos (Geroa Bai).
Hubo peticiones muy concretas,pero también unanimidad en que,con las políticas actuales,se perpetuará la recesión y el desempleo. Ante la avalancha de pesimismo y crítica sobre la falta de acción de la Unión Europea y la actitud poco exigente de Rajoy,como le han atribuido varios portavoces,el presidente dio un giro evidente a su discurso en la segunda intervención; esta,mucho más optimista y esperanzadora,dado que la primera fue reivindicativa hacia la Unión Europea. «Los Estados miembros que nos hemos embarcado en una dinámica de reformas estructurales y ajustes de gran calado esperamos contar con el apoyo del resto de los socios y de las instituciones,para que el esfuerzo y los sacrificios que estamos realizando no se hagan a costa de la cohesión,que es un valor fundacional de la Unión Europea»,ha dicho Rajoy.
A lo largo de cinco horas de debate ha habido lugar para lamentos sobre la «brecha que se está creando en Europa entre el Norte y el Sur»,como ha dicho Rubalcaba que,además de reflexionar sobre el lugar hacia el que va a Europa y cómo debe cambiar,ha intercalado peticiones concretas. Sobre el déficit,se ha apreciado que el presidente quiere ser discreto y cauto porque,después,en la sesión de control,a preguntas de Pere Macias (CiU),casi susurrando,ha dicho: «Vamos a ver cómo quedan las cosas».
Toda la oposición ha señalado que es más que desapego,es desaliento e incluso,no euroescepticismo sino «eurotemor»,en expresión de Rubalcaba,porque de Bruselas solo llega sufrimiento,también en palabras del líder socialista. Pero no es un hecho fatídico,son las políticas que,según Rubalcaba,un político socialdemócrata no haría,y por eso ha anunciado que habrá una coordinación de los partidos socialistas europeos para intentar cambiar las directrices actuales.
El presidente solo ha encontrado la comprensión y el apoyo de su grupo,expresado por el portavoz del Grupo Popular,Alfonso Alonso,que pide a Europa «no premios,sino simplemente que no se castigue a España»,además de constatar que los desequilibrios entre los países europeos ha llevado a la segunda recesión. Tampoco lo está haciendo bien el Gobierno,desde la perspectiva de la oposición,pero una vez más Rajoy ha asegurado que continuará con sus recetas: reducción del déficit y reformas. «La segunda oleada de reformas las presentaremos el próximo día 26 y las enviaremos a Bruselas»,ha anunciado. Tras ellos,se espera que Bruselas anuncie la concesión de más tiempo para que España aminore su déficit. Antes,tanto Rajoy como Alonso habían estado quejosos y dolientes; pero en tres horas Rajoy ha pasado de constatar que la Unión Europea es la única área económica del mundo que no crece a augurar que «habrá Unión Bancaria,fiscal y económica».
No ha sido un debate bronco en absoluto,ni siquiera con el diputado de Amaiur Rafael Larreina,a quien Rajoy ha respondido con tono neutro. Toda la acritud se ha concentrado en los intercambios dialécticos entre el presidente y la líder de UPyD,Rosa Díez. Además del fondo,las formas han sido ásperas; en el caso de Díez,descalificadoras,y en el presidente,despectivas.

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