El dictador más cruel de la historia argentina,Jorge Rafael Videla,ha muerto este viernes por la mañana en una cárcel de la provincia de Buenos Aires,a los 87 años. Estaba condenado a prisión perpetua por algunos de los crímenes de lesa humanidad que cometió como jefe del régimen que dirigió Argentina entre 1976 y 1981.
Videla nació el 2 de agosto de 1925 en Mercedes —una localidad a 100 kilómetros al oeste de Buenos Aires— y en 1942 ya había iniciado su carrera militar. En 1975,la entonces presidenta de Argentina,Isabel Perón,lo nombró jefe del Ejército y decretó que las Fuerzas Armadas aniquilarán la “subversión”,en referencia a las guerrillas que habían surgido incluso dentro del peronismo. Pero Videla y los jefes de la Marina y de la Fuerza Aérea derrocaron a la viuda de Juan Domingo Perón en 1976 para reforzar un terrorismo de Estado que ya había comenzado a ejercerse.
 
Durante la última dictadura militar de Argentina (1976-1983),que contó con apoyo del poder económico del país,llegaron a desaparecer 30.000 personas,según distintas organizaciones de defensa de los derechos humanos. Muchas de ellas,después de ser torturadas,fueron arrojadas en los ‘vuelos de la muerte’ al Río de la Plata o al Mar Argentino. Otros acabaron fusilados. Miles tuvieron que exiliarse o fueron secuestrados,torturados y después liberados. Además,400 bebés que nacieron durante el cautiverio de sus madres fueron robados y entregados a militares o apersonas vinculadas con el régimen. Precisamente,Videla fue condenado a 50 años de prisión el año pasado por el llamado plan sistemático de robo de niños.
En los tiempos de Videla también se aplicó un programa económico que incluyó el cierre de sindicatos,el deterioro de los salarios y el fomento de la especulación financiera,la liberalización comercial y el endeudamiento público. Parte de ese pasivo se incrementó para organizar el Mundial de Fútbol de 1978,en el que Videla entregó la copa de campeón a la selección local.
Una vez que la democracia regresó a Argentina en 1983,el Gobierno del radical Raúl Alfonsín impulsó los juicios contra la cúpula dictatorial. Videla fue condenado por primera vez a cadena perpetua en 1985,por dirigir la represión ilegal en su Gobierno. Pero en 1990,el entonces presidente Carlos Menem,un peronista que había permanecido años preso durante la dictadura,indultó a Videla,a los otros militares condenados y también a los jefes guerrilleros de los 70.
Ante la impunidad de unos crímenes que no prescriben por considerarse de lesa humanidad,en los años 90 el juez Baltasar Garzón reanudó las investigaciones contra Videla en España. En 2003,con la llegada del peronista Néstor Kirchner a la presidencia de Argentina,se impulsó la declaración de inconstitucionalidad de los indultos de Menem y así fue que en 2010 el exdictador fue condenado otra vez a reclusión de por vida por los crímenes cometidos en la provincia de Córdoba. Además,aún tenía pendiente una larga lista de juicios,como aquel en el que se los responsabilizaba por el Plan Cóndor,el programa de cooperación de los regímenes militares de Sudamérica de los 70 y 80 para perseguir a opositores.
Videla nunca se arrepintió de nada. Siempre reivindicó su actuación. El miércoles,dos días antes de morir,tomó la palabra en el juicio del Plan Cóndor para definirse como “preso político” y defendió “la lucha antisubversiva que tuvo lugar en la guerra interna”. La noche del jueves ya no quiso cenar y este viernes ha muerto a las 6.30 de la mañana hora argentina (las 11:30 hora peninsular española) en la cárcel de Marcos Paz ,donde cumplía condena como un preso común,sin privilegios de militares.