Si las elecciones al Parlamento Europeo se celebraran ahora,el PP seguiría siendo el partido más votado,aunque con escasa ventaja y con un notable desgaste con respecto a anteriores citas en las urnas,según un sondeo de Metroscopia para EL PAÍS.
Queda un año justo para los comicios y ese tiempo en momentos de crisis económica y política es una eternidad. Faltan por despejar incógnitas fundamentales,como los nombres de los cabezas de lista,si el líder del PSOE sigue siendo Alfredo Pérez Rubalcaba o si se han celebrado ya primarias,si se concreta alguna opción electoral que agrupe a movimientos ciudadanos,si ha avanzado el desafío soberanista en Cataluña y,sobre todo,si la situación económica ha remontado.
A todos esos factores hay que sumar que las elecciones europeas son siempre propicias para castigar a los Gobiernos y para el ascenso de opciones no mayoritarias. Los politólogos suelen considerar esos comicios continentales como una especie de macroencuesta real,que determina el clima político pero que carece de consecuencias institucionales.
Con esas prevenciones,el panorama,un año antes,es de confirmación del desgaste de los dos grandes partidos y del ascenso de Izquierda Unida y UPyD,consolidados desde hace meses como las opciones favorecidas por el hundimiento del bipartidismo.
En todo caso,a día de hoy,según el sondeo,el PP ganaría con el 27,2% de los votos,es decir,15 puntos menos del resultado de las europeas de 2009 y más de 17 menos del de las generales de 2011.
Los populares tendrían una ventaja de solo 1,2 puntos sobre el PSOE,que también bajaría 12 puntos respecto a las europeas anteriores y más de dos sobre las generales. Esa escasa diferencia entre los dos partidos mayoritarios permite a los socialistas soñar con una victoria electoral que no logran desde las generales de 2008. En Ferraz confían en que dentro de un año pese más el deseo de los ciudadanos de castigar al Gobierno del PP que el recelo en torno a los socialistas,que puede agravarse o mitigarse en función de cómo resuelvan su dura travesía del desierto.
En el caso del PP,perder esas elecciones a la Eurocámara marcaría negativa y significativamente la segunda parte de la legislatura y las decisiones de Mariano Rajoy.
IU quedaría a 12 puntos del PSOE,muy lejos del sueño de superar a los socialistas,pero duplicando su resultado anterior. También UPyD multiplicaría por dos su resultado,hasta lograr el 10,3%.
La encuesta muestra que el descenso de los dos grandes partidos,que se mantiene de forma sostenida en la serie histórica,sería menor en esas elecciones europeas y,además,se ha mitigado la caída en el último mes.
La explicación a lo primero reside en el hecho de que los votantes descontentos pueden estar dispuestos a ir a las urnas,aunque sea a rastras y con prevenciones,para evitar una victoria del adversario. También habría que tener en cuenta hasta qué punto se perciben como voto o rechazo a los líderes de los partidos unas elecciones con candidatos distintos y,previsiblemente,distanciados de ellos. Por ejemplo,si el PP buscara un candidato identificado con el sector más aznarista.
Respecto a la comparación con la encuesta del mes pasado,hay una recuperación de dos puntos en el caso del PP y de 1,3 en el del PSOE. La prevención es que las modificaciones solo deben apreciarse cuando se repiten durante varios meses y se advierte que no son coyunturales,sino fruto de una tendencia.
En este caso,la recuperación de ambos partidos va acompañada de mejoras en las valoraciones del Gobierno y de la oposición. Desde la anterior encuesta se han producido los acercamientos para un pacto,aunque sea muy limitado,para la próxima cumbre europea del 27 de junio. Y,sobre todo,se ha conocido la cifra de paro de mayo,aireada por el Gobierno como la muestra de un cambio de tendencia en medio del clima de pesimismo. No obstante,el 79% desconfía del dato y asume que en breve subirá el desempleo.
La mejora se traslada al conjunto del Gobierno,porque entre los votantes del PP solo suspenden tres ministros,cuando antes eran siete