Francisco José Garzón Amo,maquinista del tren accidentado en Santiago el pasado miércoles,ha quedado en libertad con cargos tras admitir una imprudencia en su declaración ante el titular del juzgado número tres de Santiago,Luis Aláez.
A Garzón se le imputan 79 delitos de homicidio por imprudencia y pluralidad de delitos de lesiones. Al no apreciar el juez riesgo de fuga ni posibilidad de destrucción de pruebas le puso en libertad,no sin antes retirarle el pasaporte e intervenirle la licencia profesional para conducir ferrocarriles.
El conductor del tren que cubría la ruta entre Madrid y Ferrol,a quien la Policía atribuye un delito de homicidio por imprudencia,llegó a las 18.19 horas a las dependencias judiciales en Compostela,a donde lo condujo una patrulla desde la comisaría de Policía Nacional en la ciudad. Allí permaneció hasta las 00.05 de hoy lunes.
Sobre las 19:30,Garzón fue llevado a la sala ante el magistrado,momento en que éste hizo entrega a las partes de una copia del atestado policial sobre el siniestro,ocurrido a unos dos kilómetros de la estación de Santiago,en Angrois.
El accidente ferroviario se saldó con la muerte de al menos 79 personas. Garzón Amo,a quien la Policía atribuye homicidio por imprudencia,se había negado a declarar ante los agentes.
El juez Aláez ha entregado a las partes el atestado policial antes de tomar declaración al maquinista del convoy. El juez,según las mismas fuentes,ha dejado a los letrados examinar el atestado durante unos veinte minutos y,posteriormente,ha comenzado la sesión para tomar declaración al detenido.
La patrulla que trasladaba al maquinista desde la comisaria hasta el juzgado llegó a las dependencias judiciales escoltada por un furgón policial y otro vehículo de ese cuerpo camuflado.
El coche que trasladaba al detenido entró en los juzgados por el garaje,cuya puerta estaba custodiada por tres furgones y una docena de agentes.
El maquinista fue dado de alta ayer en un hospital de Santiago,donde estuvo ingresado con traumatismo torácico desde la noche de la tragedia,el pasado miércoles,custodiado por la Policía.
A su salida del hospital,agentes de ese cuerpo lo trasladaron a la comisaria,donde ha pasado la noche.
Garzón,según explicaron diversas fuentes a EFE,se negó a declarar ante los agentes cuando éstos le comunicaron su imputación en el centro sanitario y rechazó,asimismo,ayuda psicológica mientras estuvo ingresado en el hospital.
El juez llegó al Juzgado a las 9.50 y ha pasado toda la mañana trabajando.
Renfe se personará en la causa abierta,con la finalidad de estar presente en la declaración ante el juez y conocer cómo evoluciona la instrucción.
La compañía ferroviaria será representada por su servicio jurídico interno. Como trabajador de Renfe,el conductor tiene derecho a asistencia letrada pagada por la empresa pero no se ha precisado si el mismo abogado que lo asistió cuando se negó a declarar ante la Policía lo hará también en su pase a disposición judicial.
Este letrado venía de parte de QBE,que es la aseguradora de responsabilidad civil patrimonial de Renfe y Allianz se hace cargo del seguro obligatorio de viajeros en lo relacionado con el accidente.
Tras un primer atestado
El pase a disposición judicial de Garzón Amo se ha producido una vez que la Policía concluyó un primer atestado sobre el siniestro.
Instruido por el comisario provincial de Policía de A Coruña,José Luis Balseiro Vigo,en el atestado se mantienen «abiertas»,de momento,»todas» las líneas de investigación y «no descarta ninguna».
En una segunda fase,se hará un atestado «ampliatorio» en el que se recojan «todas las circunstancias»,ya sin estar «determinado» por los tiempos que marca el proceso jurídico.
Para elaborar su atestado,la Policía ha tenido en cuenta las declaraciones de los vecinos de Angrois que contribuyeron al rescate y de pasajeros que sobrevivieron al descarrilamiento.
En declaraciones a Antena 3,Evaristo Iglesias,uno de los vecinos que ayudó a las víctimas,ha rememorado lo que,momentos después del accidente,le dijo el maquinista,a quien también atendió. «Me quiero morir,me quiero morir»,asegura que repetía el conductor. Decía «no quiero ver esto» o «hubiera sido mejor que hubiera muerto yo». Julio,es otro vecino que ayudó al conductor del Alvia siniestrado,a ambos les mencionó la velocidad. «Dijo que tenía que frenar y no pudo»,además los dos escucharon como decía que «venía rápido».