Francisco Carrión.- En el campo de minas que pisa Egipto,el penúltimo explosivo se llama (otra vez) Hosni Mubarak. El dictador derrocado está desde este lunes un peldaño más cerca de salir de la cárcel. El Tribunal Penal del norte de El Cairo ha ordenado hoy su libertad provisional por un caso de corrupción. Pero para su infortunio y pese a las interesadas intoxicaciones de su abogado,su horizonte se halla todavía ligado a la prisión de Tora. Mubarak permanecerá entre rejas porque tiene otras causas pendientes por corrupción y la muerte de manifestantes durante las revueltas de 2011 que forzaron su salida.
Privado de libertad desde hace más de dos años,el ex mandatario de 85 años -que sojuzgó el país durante tres décadas- va agotando poco a poco el periodo máximo de detención preventiva por los distintos cargos que pesan contra él. Este lunes la corte decretó su libertad provisional en el proceso abierto por el cargo de desviar dinero público para edificar,remodelar y decorar mansiones particulares del clan Mubarak. Pero los jueces,lejos de archivar la causa,la han remitido a la Fiscalía General para que añada nuevos acusados y continúe las investigaciones realizadas durante seis meses.
Las pesquisas judiciales apuntan,de hecho,a que el delito sucedió. Mubarak y sus hijos Alaa y Gamal -cuya detención por este caso ha sido prorrogada- usaron las arcas públicas para rehabilitar,construir y decorar varias propiedades y palacetes repartidos por El Cairo y selectas ubicaciones del mar Mediterráneo y Rojo entre los años 2002 y 2011.
Poco antes de conocerse la decisión del tribunal,el abogado del ex «rais» Farid el Dib lanzó la posibilidad de la próxima liberación de Mubarak. «Todo lo que nos queda es un procedimiento administrativo simple que no debería tardar más de 48 horas. Tendría que ser liberado a finales de la semana»,declaró a Reuters. El letrado,sin embargo,se ha ganado el descrédito entre los círculos periodísticos. Durante meses,denunció la supuesta mala salud del presidente -incluida su falsa «muerte clínica» de junio de 2012- para evitarle sin éxito el mal trago de entrar en prisión.
De ser ciertas sus palabras,la liberación de Mubarak acaecería en una de las semanas más aciagas y sangrientas de la historia moderna de Egipto con un millar de muertos y altercados continuos como la no aclarada muerte ayer de 38 presos islamistas en su traslado a una cárcel fuera de El Cairo o el asesinato hoy de 24 policías en el Sinaí. Su salida de la prisión tendría además consecuencias imprevisibles en la población y las variopintas fuerzas políticas que apoyaron y todavía proporcionan legitimidad al golpe de Estado del pasado 3 de julio.
De momento,existen varios obstáculos legales para su liberación. El ex dictador afronta varias acusación de corrupción y enriquecimiento ilícito y la complicidad en el asesinato de manifestantes durante el levantamiento que acabó con su reinado a principios de 2011. La próxima sesión de este proceso,reiniciado el pasado enero tras la anulación de la condena a cadena perpetua inicial,debe reanudarse el próximo 25 de agosto.