Lamentable,repudiable y denunciable. No caben otros adjetivos que definan un acto como el que se ha producido en Vallehermoso con el busto que recuerda la figura del insigne poeta Pedro García Cabrera.
No recuerdo un acto parecido ni similar en cuanto a un ataque al patrimonio se refiere. Sí ha habido casos de pintadas o graffities en paredes de casas históricas e,incluso,hasta en algún basamento o peana de esculturas,pero algo similar a esto,no. Ya han comenzado las investigaciones,según hemos podido leer,pero quizá habría que hacer una reflexión mayor a pesar de ser un hecho aislado y sin parangón.
Partamos de la base de que este atentado patrimonial es un signo inequívoco de que hay quien ha perdido el norte pero,¿perdemos quizá también nosotros la noción de memoria histórica? ¿Hacemos lo suficiente por divulgar quién fue este eximio poeta que tanto recordamos cada vez que se acercan fechas cercanas al día de las letras canarias o el día del libro? Más allá de todo eso,¿conocemos el verdadero valor de su palabra o la motivación de su poesía más social? Y lo que quizá sea más importante,cuando pasamos frente a una escultura –ya sea un busto u otra de bulto completo- ¿atendemos a su valor y significado y reflexionamos o sólo sabemos que está ahí,inmóvil,porque hubo una efeméride que celebrar y allí quedó como recuerdo y pierde todo su significado?
Queda claro que este hecho no puede quedar impune. La maldad,la gracia mal entendida y ejecutada y el privar a un pueblo de un símbolo es injustificable. Como bien dejó escrito en mayo de 1979: “cuando ya sea mito mi existencia / enterradme en los bordes de la mar”. Que no se apague la voz de este mito y que se recupere urgentemente su busto,la efigie del poeta bien nacido en los paisajes de esta isla.
Pablo Jerez Sabater