Ayer,se celebró la sesión plenaria del Cabildo insular de La Gomera donde se debatía el Proyecto de Presupuestos de la primera institución de la isla para el año 2014.
Este año,al contrario que en los dos años anteriores,apoyé con mi voto la aprobación del mismo.
Desde que hace algunas semanas se me facilitó el ejemplar de los Presupuestos,me preocupé en conocerlos. Y eso mismo hice,a pesar del escaso tiempo que tuvimos los integrantes de la oposición para estudiarlos. Aquí,coincido plenamente con la opinión de algunos compañeros de la corporación insular. El equipo de Gobierno debería ser bastante más flexible en los plazos que nos dan para revisarlos.
Por lo que a mí respecta,me reuní con una persona,ex alto cargo del Gobierno de Canarias,experta en Presupuestos y Tributos que tuvo la santa paciencia de explicárselos capítulo por capítulo,punto por punto y concepto por concepto a un profano en la materia como yo. Aprovecho para expresarle mi agradecimiento. Con su asesoramiento y su consejo decidí cual sería el sentido de mi voto. Con nadie más. Nadie me pidió el apoyo,porque no lo necesitaban al tener el equipo de Gobierno mayoría suficiente para sacarlos adelante,ni yo tampoco lo ofrecí.
En una época de especial dificultad en la situación económica del país,me parecieron unos presupuestos equilibrados en ingresos y gastos y donde no se recurre a ningún tipo de endeudamientos y que apenas experimentan un crecimiento del 0,09%. Y realistas. Evidentemente,como todo,pueden ser mejorables. Quizás no fueran mi modelo ideal de Presupuestos. Tal vez adolecen de un enfoque a medio-largo plazo para un nuevo modelo de isla. Pero la necesidad de responder con urgencia a la difícil situación por la que atraviesan muchos ciudadanos de La Gomera obligaba y aconsejaba a apoyarlos.
Por lo tanto,entendí como un ejercicio de responsabilidad política en ese momento dar mi voto favorable a la aprobación del mismo. Y eso fue lo que hice.