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El primer día de un nuevo Rey

El día más importante en la vida oficial del ya Felipe VI (hasta hace unas horas el Príncipe de Asturias) comenzó bien pronto con todos los preparativos y con la imposición del fajín de manos de su padre,el Rey Juan Carlos,que le distingue como capitán general de las Fuerzas Armadas.
Un momento histórico,pero sobrio,como casi todos los actos de hoy,en los que el recién proclamado Rey estuvo acompañado de la Reina Letizia,la Reina Sofía,sus hijas,la princesa Leonor y la Infanta Sofía,su hermana,la infanta Elena,y su sobrino Froilán,uno de los 'inesperados' del día.
Poca emoción en un momento más protocolario que otra cosa,pero que sirvió de pistoletazo de salida para el día de la Proclamación de Felipe VI. Un momento necesario,único e histórico,según los expertos reales. Tras colocar Don Juan Carlos el fajín en la cintura a Don Felipe y abrazarse,el nuevo Monarca se acercó a besar a su familia,comenzando por Doña Letizia. 
Las siguientes imágenes llegaban desde Zarzuela. Por la puerta se vio salir en primer lugar a Felipe VI ataviado con su uniforme militar en el que colgaban la venera de la Orden del Toisón de Oro,la banda del Collar de Carlos III,la Gran Cruz de Carlos III y las del Mérito Militar,Naval y Aeronáutico.
Detrás la reina consorte,con un impecable traje de Felipe Varela adornado únicamente con el lazo de la Gran Cruz de la Orden de Carlos III,y segundos después y tras unos momentos de duda sobre los coches la princesa Leonor y Sofía,que fueron acompañadas por su madre hasta el segundo coche de la comitiva. Leonor y el Príncipe no pueden viajar en el mismo vehículo por motivos de seguridad,por ello las niñas fueron en uno y sus padres en otro.
Por el camino,Madrid engalanada en sus balcones con banderas españolas y alguna que otra composición republicana en los tendederos,con pocas aglomeraciones y menos 'viva el Rey' de los esperados por algunos como por la alcaldesa de Madrid,Ana Botella,que un día antes había pedido a los madrileños una «prueba de patriotismo» para recibir a Felipe VI. Eso sí las banderas que el Ayuntamiento se encargó de poner en las vallas se convirtieron más tarde en los souvenirs de los asistentes que se las llevaron como improvisado recuerdo de este día.
Los Reyes y las Infantas se bajaron a unos pocos metros de la Puerta de lo Leones,la puerta del Congreso para las grandes ocasiones,adornada con un gigantesto tapiz con el escudo del Reino,al igual que las ventanas que dan a la Carrera de San Jerónimo que lucieron también los estandartes carmesí.
El Rey recorrió esos pocos metros y,acompañado por el presidente del Gobierno,Mariano Rajoy,de chaqué largo,esperó a que los miembros de los tres ejércitos y de la Guardia Civil le rindieran homenaje. El Batallón de Honores,compuesto por 414 efectivos,rindió honores al nuevo Rey interpretando el Himno Nacional. Después,el Monarca,Rajoy y el JEMAD pasaron revista a las tropas acompañados por el teniente coronel del Ejército del Aire encargado de dirigir el batallón.
Reina,madre y esposa
Durante esos minutos,la Reina Letizia ejerció de madre y se mantuvo,como durante casi toda la jornada,constantemente pendientes de sus hijas,que al llegar a la puerta del Congreso vivieron un momento de incertidumbre con la colocación. La princesa Leonor se colocó a la izquierda y tenía que estar a la derecha,pero rápidamente corrigió. Fue entonces cuando Doña Letizia alternó a su siguiente función,la de esposa,y justo al entrar por la puerta agarró al Rey y le acarició,un gesto que repetiría durante todo el día con casi todos los miembros de la Familia Real,incluido Don Juan Carlos.
Ya dentro del Congreso,llegó la proclamación,el juramento,el discurso,los llantos contenidos -sobre todo de la infanta Elena-,los detalles de cariño de la Reina hacia el Rey y sus hijas,los 'no aplausos' de Iñigo Urkullu y Artur Mas (aunque charlaría en catalán con los Reyes) ,la Corona y el cetro,pero no el crucifijo y la Biblia,respetando la aconfesionalidad del Estado español,los homenajes encubiertos y abiertos,y,por fin,después de 39 años,España tenía nuevo Monarca.
«Como para no emocionarme»,fue la frase de la Infanta Elena y que resume perfectamente lo vivido en el interior del Congreso por los miembros de la Familia Real. Una familia con importantes ausencias como la de la Infanta Cristina,su marido,Iñaki Urdangarin,y sus hijos. Muestras de cariño,miradas emocionadas,abrazos,besos lanzados al vuelo y caricias se colaron durante el acto de proclamación de un Rey al que muchos califican de poco cercano,pero que hoy quiso dar muestra de todo lo contrario.
Un día de detalles
El Rolls de reyes,el Rolls-Royce Phantom IV descapotable comprado por Francisco Franco en 1952,les esperaba a los nuevos monarcas para recorrer las calles de Madrid de Palacio a Palacio,desde el Congreso hasta el Real. Don Felipe,pese al infame calor que hizo en Madrid,fue todo el camino de pie saludando a modo J.F.K.,mientras Doña Letizia se mantenía sentada con una sonrisa que no le abandonó en todo el día.
En el Palacio Real no les esperaban grandes aglomeraciones,ni ruidosas aclamaciones,algunos cientos que no querían perderse el momento del balcón. Momento que también estuvo cargado de detalles. Como el instante en el que el Rey iba a salir con la Reina y ésta se esperó en el quicio del balcón para que saliera él y realizara el primer saludo en solitario. Después ella se colocó a la 'siniestra' de su príncipe ya convertido en Rey,éste le agarró la cintura,después salieron las niñas. Leonor con gestos de cansada o de aburrida,y tras ellos el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía.
Saludos,manos al corazón y una Doña Letizia que se saltó el rígido protocolo y se acercó al Don Juan Carlos para besarle y abrazarle pese a que éste tardó en darse cuenta de las cariñosas intenciones de su nuera. Lo mismo que con Doña Sofía que hizo lo mismo y se acercó a su marido para también besarle.
Tras los momentos de amor y empalago,el abdicado Rey,tan campechano como siempre,se acerca a su hijo y le susurra 'nosotros nos vamos yendo'. Y para dentro se metieron dejando todo el protagonismo otra vez a Don Felipe y Doña Letizia que volvieron a mostrar su nebulosa de cariño y afecto.
El largo día terminó con un largo besamanos. 3.000 personalidades de todos los ámbitos desfilaron por delante de los nuevo monarcas que aguantaron regios probablemente el momento más cargante de la jornada.
Austeridad,renovación y simbolismo para un día que ya ha pasado a la Historia de España.

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