Yo me crie en Alemania,pero soy hijo de mi tierra,no de Ángela Merkel. No soy nadie para dar lecciones a los gomeros,pero quizás puedo aportar mi punto de vista a la reciente historia de la isla. Me siento más gomero que alemán y creo que todos aquellos que aman esta isla,deberían defenderla juntos.
Siempre recuerdo mi primera estancia en La Gomera hace más de 20 años. Ayudaba a unos mayores a levantar un paredón caído. Apenas hablaba tres palabras de su idioma y no sabía trabajar con piedras naturales. Ellos me enseñaron todo con gestos. Luego me invitaron a comer los productos cultivados en su propia finca.
Esta gente tenía más de 70 años y estaba orgulloso de su trabajo,de sus papas,de sus cabras y de su burro. No tenían nada de lujo,pero su humildad y dignidad me impresionaron tanto que decidí quedarme a vivir aquí. Aquí me enseñaron a cultivar la tierra; a mantener los nacientes,las acequias y los caminos; a cuidar de los animales,… y muchas cosas más.
Ellos estaban orgullosos porque no dependieron a nadie. Pero el orgullo se fue con la dependencia de los gomeros de las administraciones. Ahora todo depende de la Unión Europa,del gobierno central,del gobierno autónomo y de las administraciones insulares.
En los tiempos de las vacas gordas nos hemos olvidado de nuestras raíces,de nuestra tierra. Hemos perdido el enchufe directo a nuestra energía.
No se dice ¿tengo que honrar a mi madre porque no tengo más que una?
¿Y qué pasa con la madre de todos,con la tierra madre que alimenta y alberga a todos nosotros?
¿Qué comemos ahora? ¿Repartimos pescado o enseñamos a pescar? ¿Esperamos a que los cruceros nos saquen de la crisis?
El dinero no se puede comer y la tierra habla un idioma universal.
Conectarse con la tierra,con la naturaleza es la única forma de un enchufe real,fiable y sostenible. Esto no significa vivir en cuevas y caminar descalzo. Se trata de acordarse de la sabiduría de los viejos de antes y combinarla con las tecnologías avanzadas de las energías renovables,de la agricultura ecológica,de reciclar basura y agua y de reforestar los “desiertos” de la isla.
Sobre todos hace falta una nueva democracia,transparencia y participación real de la gente.
Los culpables de la crisis no son los políticos,los bancos y la señora Merkel. Los culpables somos todos los que hemos pensado que estando en la UE seriamos el país de la cucaña.
Ahora nos falta aprender del pasado y dar la cara por La Gomera.
Todos juntos: niños y mayores,mujeres y hombres,empleados y empresarios,gomeros nativos y gomeros por decisión.
Juntos sí se puede salir de la crisis,porque tenemos lo más importante en común: Nuestra tierra madre.
Artículo de opinión de Ralf Zinke (Militante de Sí se puede La Gomera)