ROSALÍA SÁNCHEZ.- Apenas se hacía pública la convocatoria de nuevas elecciones,Grecia perdía ayer el paraguas del FMI,que anunciaba la interrupción de las conversaciones con las autoridades de Atenas sobre el programa de asistencia. No serán reanudadas hasta que se forme un nuevo gobierno. Igualmente daba un paso atrás el BCE,que en un comunicado informaba que «aguardaremos las opiniones y sugerencias de las autoridades griegas sobre cómo mejor proceder con la revisión (del programa de rescate) y lo discutiremos después con la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional».
Hasta ayer,y como afirmaba el portavoz del FMI Gerry Rice,»Grecia no afronta necesidades inmediatas de financiación»,pero en cuanto se conoció la noticia la presión sobre sobre su prima de riesgo comenzó a hacerse sentir con fuerza en el mercado secundario de deuda. Los inversores se deshacían a toda prisa de los bonos de deuda griegos y su tipo subía en pocos minutos hasta el 9,66%,a pesar de que el ministro de Finanzas Atenas se apresuró a recalcar que el país no tiene problemas de liquidez. El capital huía de Grecia tan rápido como podía,las bolsas periféricas,incluida la española,serán las más perjudicadas en las próximas semanas,auguran los analistas,mientras que el dinero se refugiaba en valores seguros como el bono alemán. El interés del 'bund' bajaba ayer hasta el 0,548%,un nuevo mínimo histórico.
Desde Berlín sin embargo,en lugar de reparar en estos cálculos,el ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble trataba de aportar elementos de calma y decía en un comunicado que «tenemos un gran respeto por los progresos que Grecia ha hecho desde 2009». «Las duras reformas dan fruto»,insistía,»no hay alternativa»,al tiempo que deslizaba una advertencia: «Vamos a apoyar a Grecia en su camino de las reformas con ayuda a la suya propia. Si Grecia elige un camino diferente,se hará difícil». En lo que respecta a Alemania,por lo tanto,»las elecciones no cambiarán los acuerdos con el gobierno griego. Cada nuevo gobierno debe cumplir con los acuerdos contractuales del predecesor».
Otros analistas alemanes se centraban ayer en tantear el escenario a que se enfrenta ahora la UE. Olaf Gersemann,experto de 'Die Welt',afirmaba que «los socios del euro solo tienen ahora dos alternativas: emitir una amenaza creíble retirando el tabú sobre el «Grexit» (salida de Grecia del euro),o mantenerla a flote a cambio de concesiones ridículas,lo que daría un impulso adicional a los fundamentalistas anti euro como el partido Alternativa für Deutschland (AfD) en Alemania».
En esa línea,el comisario europeo Pierre Moscovici comenzó ayer animando a Grecia a proseguir con las reformas tras las nuevas elecciones y siguió sugiriendo la necesidad de «un compromiso claro y amplio» del nuevo gobierno «con Europa y con un amplio apoyo al proceso de reformas,para asegurarse de que Grecia podrá volver a florecer dentro del euro». Pero la Comisión Eruopea debe medir muy bien sus pasos porque,haga lo que haga,tendrán serias consecuencias. En el editorial que publica hoy el diario 'Frankfurter Allgemeine',se sugiere que «no habrá un efecto dominó económico,pero sí político» que dará alas electorales a los «populistas» y enemigos de Europa».
Desde los gobiernos de París y Roma,en medio del revuelo generalizado que causó ayer la convocatoria de elecciones,se guardaba silencio debido seguramente a que si Bruselas pretende mantenerse firme con Grecia,deberá aumentar su firmeza también respecto a la situación fiscal de Francia e Italia. Y el único mensaje optimista partía del presidente del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW),Marcel Fratzscher,que considera que «el terremoto político de la llegada al poder de la izquierda puede tener costes a corto plazo,pero quizá llevar a un nuevo comienzo muy necesario en el país porque la actuación de los gobiernos de los últimos cinco años ha sido malísima,sean dedicado principalmente a tratar de mantenerse en el poder a base de prebendas políticas y económicas,pero no han puesto en marcha reformas que construyan el camino de su país hacia el futuro».
La Bolsa de Atenas,que había abierto con un fuerte desplome,cerraba ayer finalmente en 819,81 puntos,con un retroceso del 3,91%. El índice principal llegó a caer hasta un 11% tras la votación en el Parlamento y la prima de riesgo quedó en los 902 puntos básicos,102 más que el día anterior.