Santiago Negrín, flamante presidente/director general de la Radiotelevisión Canaria, tiene los días contados a tan solo seis meses de su atolondrado nombramiento diferido por el Parlamento de Canarias. Y seguramente no toda la culpa es suya: el método de elección de los miembros del consejo rector del ente, las precipitaciones de los que querían aplicar con urgencia el quítate tú pa ponerme yo, y el poder paralelo instalado fuera del Parlamento y fuera de la propia RTVC tienen mucha culpa de que todo el tinglado haya funcionado de una manera desquiciante. Los mismos partidos que pusieron en 2007 a Guillermo, Willy, García al frente de la dirección general (el PP y Coalición Canaria), con el consentimiento del PSOE, siempre ejerciendo de tonto útil, querían echarlo para que ésa fuera la primera muestra de que Paulino Rivero ya no mandaba en Canarias.