Pedro Sánchez ha lanzado a Mariano Rajoy la acusación más dura que se ha hecho a un presidente del Gobierno en un debate en televisión: “Usted no es una persona decente”. El líder del PP ha dado muestras en varias ocasiones de quedar acorralado y sin respuesta y, sobre todo, ha aparecido vulnerable sobre la corrupción.
Los candidatos del PP y del PSOE se han enfrentado en el único cara a cara de la campaña electoral organizado por la Academia de Televisión y moderado por Manuel Campo Vidal, con la intención de mostrarse como las únicas opciones posibles de Gobierno, frente a Podemos y Ciudadanos. Rajoy se ha escudado en datos de su gestión económica y en la crítica a la etapa socialista de Gobierno y Sánchez le ha imputado corrupción, insensibilidad con los ciudadanos, además de desigualdad y recortes de derechos en un debate muy duro y agrio, que ha incluido insultos cruzados y duras descalificaciones personales.
Para Rajoy el arma principal de defensa ha sido la referencia a la gestión a Zapatero y las cifras que él se encontró al llegar al Gobierno. La de Sánchez la corrupción, los escándalos y los recortes en asuntos sociales que han provocado más desigualdad. Y la de ambos el agrio reproche mutuo.
“Si usted gana el coste de la democracia es enorme porque el presidente debe ser una persona decente y usted no lo es”, le ha dicho el socialista a Rajoy,
El presidente ha hecho una pausa, ha dicho primero “hasta aquí hemos llegado” y ha añadido con visible enfado: «Usted va a perder estas elecciones, de una derrota electoral uno se recupera, pero usted no se recuperará de su frase ruin, no se la acepto, ha sido mezquino, deleznable y miserable y no se recuperará nunca de ella», respondió el líder del PP en el momento de mayor dureza y tensión.
ánchez ha sacado a colación la relación de casos de corrupción de la legislatura, los pagos en b en la sede del PP, los mensajes de apoyo y la protección a Bárcenas y los papeles del extesorero, entre otras acusaciones. “Usted no es una persona decente”, le ha dicho reiteradamente al presidente del Gobierno, asegurando que debía haber dimitido y “haber asumido la responsabilidad política para no dañar a la institución”. «Indecente» le ha llamado luego.
Y Rajoy ha respondido enfadado tachando a su oponente de “ruin, mezquino y deleznable” y acusándole de «no tener cuajo» para presentarle una moción de censura.
El socialista ha leído la relación de delitos sobre los que se ha investigado al PP para concluir: “Usted está fulminando todos los artículos del Código Penal”. “Soy un hombre honrado y limpio”, ha respondido Rajoy, asegurando que nunca ha sido llamado nunca a ningún juzgado.
El líder del PSOE ha salido directamente al ataque y desde la segunda intervención ha sacado a relucir la corrupción y el mensaje de apoyo del presidente del Gobierno a Luis Bárcenas cuando ya se sabía que tenía cuentas en Suiza. Hasta le ha acusado de “esconderse tras el plasma” para no dar explicaciones.
El socialista ha acusado reiteradamente a Rajoy de “mentir a los españoles” y desde ahí el debate se ha convertido en un intercambio de golpes y acusaciones. “Dice muchas cosas y poco sensatas”, le ha respondido molesto y displicente el presidente del Gobierno.
Para el socialista, el balance de la legislatura del PP es más impuestos, menos derechos laborales y jóvenes que han de salir de España a buscar trabajo. “Usted pinta una España tenebrosa pintada de negro”, le ha respondido el presidente del Gobierno.
El primer bloque se ha dedicado a economía y el candidato del PP ha asegurado que España “ha superado los desequilibrios y es de los estados grandes de la Unión Europea el que más crece”. Rajoy ha repetido datos y Sánchez ha utilizado recursos como la carta de una mujer de Valladolid que lamenta el recorte en dependencia que ha sufrido. El socialista ha intentado un debate de realidad frente a datos.
Para el socialista, por el contrario, el balance de la legislatura del PP es más impuestos, menos derechos laborales y jóvenes que han de salir de España a buscar trabajo. “Usted pinta una España tenebrosa pintada de negro”, le ha respondido el presidente del Gobierno.
“Usted dice una cosa y la contraria”, ha replicado Rajoy, parapetado en los datos de la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero que le ha imputado en todo momento a su contrincante como arma dialéctica defensiva. Para Rajoy los recortes en la cobertura por desempleo son una “leve modificación”.
Han discutido hasta de las energías renovables porque el presidente del Gobierno ha rechazado las subvenciones que aprobó Zapatero y el socialista ha anunciado que derogará el llamado “impuesto al sol” del actual Ejecutivo.
Rajoy ha reiterado su compromiso de “crear dos millones de empleos para que haya 20 millones de trabajadores”, después de encontrar una España “al borde del rescate y la quiebra”, cuando era “el enfermo de Europa”.
Sánchez ha atacado reprochándole “recortes de derechos laborales y de todo salvo la corrupción en su partido” y ha explicado que “los pensionistas preocupados por hucha de las pensiones”, porque “su balance es menos empleo, más precario y con menos derechos”.
“Usted nombró a Rodrigo Rato”, le ha dicho el socialista al presidente y este le ha respondido asegurando que Sánchez, como concejal, estuvo en la asamblea general de Bankia.
Se han enzarzado de forma recurrente sobre el rescate porque el candidato del PSOE le ha reprochado que pidiera el rescate para los bancos esgrimiendo portadas de periódicos que utilizaban esa expresión. Y el del PP ha negado que la ayuda al sector financiero fuera un rescate con el argumento, precisamente, de que uno de sus méritos es haber evitado tal rescate.
En defensa de su política contra la violencia de género, el líder del PP ha asegurado que recientemente ha visitado un centro de ayuda a las mujeres y ha negado que se haya recortado el presupuesto para combatirla como le imputó el líder socialista.
Hasta Cataluña les ha servido para enfrentarse porque Sánchez le ha acusado de inmovilismo y de fomentar el independentismo y romper todos los consensos, mientras que Rajoy ha respondido cuestionandola reforma constitucional que propone el PSOE por ser “un eslogan” y carecer de concreción y por defender “frivolidades” como trasladar el Senado a Barcelona.
Y el trato a los refugiados ha sido también objeto de discusión, porque el socialista le ha acusado de retrasar la llegada de personas procedentes de zonas de guerra.
En el mensaje final, Sánchez ha hablado de cambio para el que “el PSOE es la única alternativa” y Rajoy de “estabilidad, seguridad y certidumbre”.
Esta vez ni se han dado la mano al acabar.