«Cuando empezó a decir que iba a ver a Rajoy, pensamos que estaba de coña». Quienes hablan son los amigos de A.dV.F., el menor de 17 años que agredió a Mariano Rajoy en Pontevedra. Tras el incidente, salió a la luz que el joven había hablado de lo que pensaba hacer en un grupo de Whatsapp. Quienes estaban en ese grupo prefieren permanecer en el anonimato, pero quieren hablar y, sobre todo, desvincularse del acto violento y condenarlo.
Estudian con el detenido en el instituto Sánchez Cantón en Pontevedra, a donde llegó en el último curso tras haberle expulsado de al menos dos institutos previamente, pero son menores y quieren que no se difunda su imagen ni su identidad. Este es el mismo instituto en el que estudió Rajoy.
El famoso grupo de Whatsapp se llama LDS, en alusión a que en él están «Los de siempre». Se pueden leer mensajes de estos chicos a Capi, como se conoce al agresor, como «Capi mátalo», «Los pulgares en los ojos» o «Escúpele en las cuencas», pero ellos quieren matizar que son frases «fuera de contexto» y dejan entender que se trata de mensajes de ánimo cuando eso no es lo que ocurrió sino que lo dijeron «en referencia a un capítulo de Juego de Tronos«.
En ese grupo, según explican, alguien dijo que Rajoy estaba en Pontevedra y envió una foto del paseo electoral. En ese momento, él publicó que iba hacia allí, él publicó que iba hacia allí, pero ellos no pensaban que hablase en serio, sino que estaba bromando. Ellos le siguieron el juego con comentarios que «eran de broma».
Un chico ‘muy tímido’
«Cuando mandó la foto diciendo ‘ya estoy saliendo’ pensamos que iba a tirar la basura», explican y aseguran que alguien incluso le dijo que no hiciese ninguna tontería. Ellos pensaban que «era una fantochada, que lo puso para que nos riésemos». Es un chico «muy tímido» que «habla poquito» y «nunca jamás pensamos que podía hacer eso».
Sabían que «no le gusta Rajoy», es algo «conocido por todos», pero tampoco se creían que que iba en serio que, cuando se enteraron de que alguien había pegado a Rajoy, «pensamos que había sido un colgao» y, cuando supieron que había sido él, condenaron lo ocurrido y en ese mismo grupo empezaron a escribir ‘qué vergüenza’, ‘vaya loco’, ‘lo que hizo es vergonzoso’, ‘no quiero saber nada de él’.
No comparten lo que hizo, lo condenan, matizan que «en ningún momento se le animó a hacerlo» e incluso piden disculpas, quieren «pedirle perdón a Mariano Rajoy».