Los operadores de televisión en España estrenarán a principios de año una nueva calificación de contenidos audiovisuales por edades, que rememorarán los míticos rombos que utilizó TVE durante dos décadas, aunque esta vez será una calificación basada en los pictogramas que en la actualidad usan los videojuegos, según han indicado a Europa Press fuentes de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC).
Los pictogramas, que siguen el modelo de los videojuegos, servirán de acompañamiento a la calificación de los contenidos por edad. Las citadas fuentes han precisado que los técnicos tienen ya muy avanzado el informe que presentarán a la Consejo para su posterior aprobación, previsiblemente, a primeros de año.
De este modo, los contenidos audiovisuales se identificarán con pictogramas como los del miedo (una araña blanca sobre fondo negro), la violencia (un puño cerrado sobre fondo negro) o el del lenguaje obsceno (un bocadillo de cómic con signos).
Las cadenas de televisión etiquetan asimismo sus contenidos por edades desde la aprobación de los nuevos criterios de calificación de contenidos audiovisuales –siete en total–, destinados a los prestadores de servicios de comunicación audiovisual televisiva, que aprobó la Comisión Nacional de Mercados y Competencia el pasado mes de julio.
Los criterios orientadores han sido configurado para siete categorías de edad: ‘Especialmente recomendado para la infancia’, ‘Apto para todos los públicos’, ‘No recomendado para menores de 7 años’, ‘No recomendado para menores de 12 años’, ‘No recomendado para menores de 16 años’, ‘No recomendado para menores de 18 años’ y ‘Contenidos X’. De esta manera, la CNMC ha optado por seguir la calificación por edades recogida en el Código de Autorregulación sobre Contenidos Televisivos e Infancia.
Para la elaboración de estos criterios de calificación se han identificado, tanto criterios positivos para la infancia, como siete categorías de contenidos potencialmente perjudiciales: violencia, sexo, miedo o angustia, drogas y sustancias tóxicas, discriminación, conductas imitables y lenguaje (escrito, verbal o gestual).
Dentro de cada categoría de edad se han identificado una serie de contenidos específicos cuya presencia (verbal o visual) se debe analizar específicamente. De la misma forma, se han identificado una serie de moduladores en cada categoría que son los que determinarán el rango de edad correspondiente al contenido audiovisual (realismo, explicitud, detalle o frecuencia, entre otros).
La resolución es de aplicación tanto a los prestadores de servicios de comunicación audiovisual lineal (tanto en abierto como codificado o prestados a través de plataformas de televisión) como a los servicios de comunicación audiovisual no lineales (a petición) y con independencia del medio de transmisión utilizado (IPTV, televisión online, páginas web o aplicaciones móviles).
CONCIENCIAR Y CONVENCER
«Nuestro interés no ha estado en sancionar sino en concienciar y convencer a los medios de que proteger a los menores y darles un contenido de calidad puede ser un buen negocio», declaraba este mes de diciembre la subdirectora de Audiovisual de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia, Julia López de Sa, quien considera que cuando la nueva señalización esté en aplicación «se habrá dado un gran paso para que el control parental sea efectivo».
López de Sa defendía que la nueva normativa situará a España «en línea con los países más avanzados». «El objetivo es que se extiendan a todos los contenidos y pantallas y que los padres los conozcan. Es una tarea difícil que hay que extender no solamente a los prestadores de contenidos sino también a la industria», aseguraba.
El llamado código de regulación de contenidos por rombos, denominado así por la figura que indicaba la calificación del censor, fue un método utilizado por Televisión Española para regular los contenidos en televisión entre 1963 y los primeros años de la década de los 80. Entonces tan solo existían dos formas de clasificar: un rombo (apto para mayores de 14 años) y dos rombos (apto para mayores de 18 años).