Canarias no es una tierra única, por mucho que así se haya asegurado o cantado. La realidad es que Canarias es la suma de 8 islas y hoy se camina bajo la posibilidad de incrementar la brecha de la desigualdad entre territorios, a la que debemos oponernos todos los que defendemos a los residentes en islas menores.
Es de sobras reconocida la condición de región ultraperiférica y alejada que tiene nuestro archipiélago, una comunidad fragmentada en islas, con la que, en consecuencia, se debe tener una consideración especial. Un sólo ejemplo, certificado por las estadísticas que se publican de manera regular, nos ayuda a comprender este planeamiento: Canarias es la comunidad autónoma con la cesta de la compra más cara de todo el territorio español.
La razón de tal desigualdad radica precisamente en la lejanía y el coste de los transportes, igual que sucede dentro de nuestro archipiélago y especialmente en las islas no capitalinas, donde sufrimos los efectos derivados de nuestra situación periférica dentro de la periferia. La geografía no se puede cambiar, pero sí está a nuestro alcance corregir las diferencias que genera.
De manera acertada los legisladores que hilvanaron nuestro Estatuto de Autonomía tomaron en consideración el hecho diferencial canario y definieron un modelo basado en el equilibrio de la representación territorial. Se dio voz a todas las islas, para que todas fueran escuchadas, ninguna silenciada por quienes son más grandes y tienen más habitantes.
Hoy cabe debatir y replantearse aquel acuerdo adoptado hace más de 30 años, pero antes de que eso se produzca hay que tener claro que en Canarias somos desiguales y esa desigualdad se evidencia en la prestación de servicios, en el coste de las universidades, en el gasto que requiere la atención hospitalaria, en la importación de mercancías o en la potencialidad del consumo real, entre otros muchos aspectos.
Es innegable el sobrecoste de la doble insularidad, pues no cuesta lo mismo ir a la universidad cuando se reside en Tenerife o Gran Canaria que cuando se procede de una isla no capitalina; como tampoco se tiene que gastar lo mismo cuando se tiene que acudir a cualquiera de los hospitales de referencia, ubicados en las islas mayores.
La realidad es que la concentración demográfica tiene ventajas, genera más consumo, favorece una concentración de infraestructuras, y atrae más inversión, que es lo que al final contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas. Todo eso, sin dejar de reconocer que las islas no capitalinas han avanzado mucho en los últimos tiempos, pero en nuestra comunidad se sigue creciendo a dos velocidades.
Antes de empezar a hablar de reformas, con más razón si estas afectan al sistema electoral, hay que tomar consciencia de las diferencias y corregirlas para que todos seamos iguales. Intentar imponer un cambio a favor de una igualdad que no existe, es decir, fijar como modelo la premisa de “un ciudadano un voto”, mientras persistan los desequilibrios, equivaldría a quitarle la voz a buena parte de la ciudadanía.
Agrupación Socialista Gomera defiende la necesidad de alcanzar el equilibrio y la igualdad entre todos los canarios. Así lo planteamos en el Parlamento a través de una Proposición No de Ley, aprobada por unanimidad, ante la que cabe esperar una respuesta positiva del Gobierno. Y así lo hemos demandado también con escritos en los que invitamos a todos los representantes de islas menores a defender los intereses de los ciudadanos que los eligieron.
No nos vamos a quedar parados ante quienes quieren hacerse con más poder frente a los que menos tienen y más padecen, de ahí que también estemos preparando una iniciativa legislativa que se presentará en el Cabildo de La Gomera, y en la que se aboga por la creación de un fondo de solidaridad interinsular, una medida que debe adoptar el Ejecutivo regional, incluyéndola en los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma y que proponemos sea dotado al menos con el 30 por ciento del total de la inversión que contemplen las cuentas públicas. Avanzar hacia la equidad y alcanzar la Canarias única tantas veces demanda así lo exigen.
Casimiro Curbelo
Diputado autonómico y presidente del Cabildo de La Gomera