El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha fracasado este viernes en la segunda votación de investidura en el Congreso. ¿Qué pasa cuando un candidato no consigue la mayoría parlamentaria que necesita para ser presidente del Gobierno? La votación del pasado miércoles ha marcado ya el inicio del calendario electoral en el caso de que, en los próximos dos meses, ningún candidato logre la mayoría suficiente para llegar a La Moncloa. Las Cortes se disolverán y se convocarán nuevas elecciones generales si antes del 3 de mayo nadie consigue la investidura.
Los nuevos comicios se celebrarían el 26 de junio, tras el periodo de 54 días desde la convocatoria que establece la ley. El pasado miércoles, el Congreso rechazó su candidatura en primera vuelta, en la que necesitaba mayoría absoluta. En una Cámara conformada por 350 diputados, Sánchez obtuvo 130 votos a favor, los del PSOE y Ciudadanos; 219 en contra y una abstención. El resultado quedó lejos de los 176 apoyos requeridos.
Este viernes el líder del PSOE necesitaba mayoría simple, es decir, le bastaban más síes que noes, pero Sánchez solo obtuvo el apoyo de los 90 diputados del PSOE, los 40 de Ciudadanos y uno de Coalición Canaria. El PP, con 123 diputados, y Podemos, con 69, tienen la llave de la investidura con una improbable abstención.
Nunca antes había fracasado una investidura. Solo en dos ocasiones había hecho falta dos votaciones por falta de mayoría absoluta en la primera, una para elegir a Leopoldo Calvo-Sotelo y otra para José Luis Rodríguez Zapatero. El primero logró en la segunda votación la mayoría absoluta, tras el intento de golpe de Estado del 23-F.
Se abre ahora una situación insólita en España. Ni siquiera está claro que el Rey tenga que abrir una nueva ronda de contactos y, menos aún, que tenga que proponer a un candidato que no tenga asegurada la elección, puesto que ya se ha logrado que corran los plazos para la repetición de elecciones.
En teoría, Pedro Sánchez puede ser propuesto de nuevo y Mariano Rajoy puede someterse a un debate de investidura si el Rey se lo ofrece, aunque lo haya rechazado en una ocasión.