Draghi no decepciona. El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves rebajar el tipo de interés de referencia en la eurozona al 0% desde el 0,05%, así como recortar en 10 puntos básicos adicional el interés aplicado a su facilidad de depósito (el dinero al que se retribuye o se penaliza la liquidez bancaria), que pasará a ser del -0,40% desde el -0,30% actual la institución. Además, el Eurobanco amplía de 60.000 a 80.000 millones el volumen de deuda pública y privada que puede comprar mensualmente en el marco del plan lanzado hace justo un año.
En las últimas semanas se ha constatado la debilidad de las presiones inflacionistas en la zona euro, cuyo índice adelantado bajó en febrero al -0,2%, mientras el crecimiento del PIB de la región cerró el ejercicio 2015 con una expansión del 1,6%, frente al 0,9% de 2014, con un repunte del 0,3% en el último trimestre del año pasado, en línea con la expansión del tercer trimestre.
A partir de abril, el programa de compra masiva de deuda pública y privada (QE, por sus siglas en inglés) lanzado hace justo un año pasará a tener un máximo de 80.000 millones de euros al mes frente a los 60.000 millones actuales. Con esta ampliación, en combinación con la nueva bajada de tipos, el Eurobanco demuestra una buena gestión de las expectativas que había depositadas para esta reunión. El mercado esperaba medidas potentes pero que, a la vez, no dañasen en exceso las cuentas de resultados de los grandes bancos europeos. Y, de alguna forma, parece haberlo cumplido. Incluso antes de que Draghi haya empezado la rueda de prensa