José Ramón Gómez Besteiro ha anunciado esta tarde que renuncia a presentarse a las primarias del PSdeG-PSOE para optar a ser candidato a la Xunta de Galicia. No obstante, el secretario general de la formación en la comunidad se aferra al cargo orgánico y mantiene su posición de barón territorial de Pedro Sánchez. Besteiro ha convocado a la ejecutiva gallega de su partido en la sede en Santiago y ha anunciado a sus compañeros estas dos decisiones, ya esperadas por la mayoría, después de que ayer al mediodía la juez de Lugo que lo investiga levantase parcialmente el secreto del sumario de la Operación Pulpo y lo citase a declarar como investigado por seis nuevos delitos que se suman a los cuatro que ya le atribuía en el conocido como caso Garañón.
En su comparecencia posterior ante los medios, Gómez Besteiro se ha declarado «profundamente orgulloso» de su etapa como presidente de la Diputación de Lugo, a la que hace referencia el caso Pulpo. También se ha desentendido de algunos de los capítulos que abarca este sumario de 15 tomos, como determinados viajes al extranjero (Euro-Disney o India) que, según la magistrada que instruye la causa, Pilar de Lara, eran «vacaciones subvencionadas» a cargo del erario público que disfrutaba personal de la institución provincial. En la misma línea, ayer la propia Diputación, que hoy sigue en manos socialistas, se apresuraba a aclarar que esas facturas son anteriores al año 2007, cuando Besteiro entró como presidente, y corresponden a tiempos del PP. Sin embargo, durante los sucesivos mandatos socialistas nunca se denunciaron estos gastos que la juez considera difícilmente justificables. Tampoco el dispendio masivo en tratamientos médicos de odontología o acupuntura, y el correspondiente a prótesis, DIU y gafas de sol graduadas que figuran en las cuentas del organismo lucense.
«Siempre doy la cara, nunca escapo de mi responsabilidad», ha proclamado en la rueda de prensa el que sigue siendo jefe máximo del PSOE en la comunidad autónoma. Hasta que ha quedado sepultado por este segundo alud de imputaciones, durante los ocho meses que arrastró la carga de sus primeros cuatro supuestos delitos (correspondiente a su periodo como concejal de Lugo) se resistió a despejar la incógnita sobre su futuro. Hasta ahora mantenía a su partido paralizado, con unas primarias para elegir candidato a la Xunta aplazadas sin fecha. Los estatutos internos del PSOE no le obligan a abandonar el cargo orgánico mientras no se abra juicio oral contra él.