Horas después de lanzar una clara advertencia al partido, Pablo Iglesias ha fulminado a Sergio Pascual, secretario de Organización de Podemos, en plena crisis generada por 10 dimisiones en la dirección madrileña. Podemos atribuye la decisión a «una gestión deficiente cuyas consecuencias han dañado gravemente a Podemos en un momento tan delicado como es el proceso de negociaciones para conformar un Gobierno del cambio». «Por este motivo», añade un comunicado de la formación, «Sergio Pascual queda relevado de sus funciones en este cargo, si bien mantendrá sus atribuciones como diputado». Este dirigente está encuadrado entre los cargos de confianza de Íñigo Errejón.
El partido ha informado de esta decisión en medio de una pugna entre distintas corrientes y horas después de que Iglesias enviara una larga carta a los simpatizantes de su grupo en la que pide al partido no cometer “errores” como el de Madrid, donde la semana pasada se produjeron 10 dimisiones en la dirección entre duras críticas al líder autonómico, Luis Alegre. Esas renuncias se interpretaron en las filas de la formación como un choque entre los partidarios de Íñigo Errejón y los de Iglesias, próximo a Alegre. “En Podemos no hay ni deberá haber corrientes ni facciones que compitan por el control de los aparatos”, escribe Iglesias.
El dirigente rechaza divisiones y atribuye esa circunstancia, que califica de “relato”, a sus rivales políticos. “En un momento histórico crucial para el futuro de nuestro país, ponen de nuevo a prueba nuestra madurez y tratan de sembrar cizaña. Por eso es crucial que todos y todas estemos a la altura y no hagamos el juego a nuestros adversarios”, dice. “Las dimisiones en Madrid se produjeron en el peor momento posible y han puesto en bandeja el relato que interesa a los defensores del statu quo. No debemos volver a cometer errores como este y deberán asumirse las responsabilidades”, añade.
Iglesias niega que existan discrepancias sobre la investidura de Pedro Sánchez y la acción política de la formación en el Congreso. “Intentan instalar un nuevo relato para debilitarnos, según el cual existiría un Podemos dócil dispuesto a rendirse y a facilitar la investidura de un Gobierno PSOE-Ciudadanos frente a un Podemos radical”.
“En Podemos no hay ni deberá haber corrientes ni facciones que compitan por el control de los aparatos y los recursos; pues eso nos convertiría en aquello que hemos combatido siempre: un partido más”, prosigue. “Debemos seguir siendo una marea de voces plurales, donde se discute y debate de todo, pero sabiendo que la organización y sus órganos son instrumentos para cambiar las cosas, no campos de batalla”.
Ejecutivo de coalición
En su carta, insiste en una propuesta de Gobierno de coalición con el PSOE: “Nos toca seguir trabajando para formar un Gobierno con un programa progresista; un Gobierno a la valenciana que empuje la nueva transición que vive nuestro país en la dirección de la justicia social”. “Dijimos”, explica, “que tendemos la mano, pero dejando claro que el futuro Gobierno debe acabar con las sobrerretribuciones que recibe el oligopolio eléctrico y que condenan a miles de españoles a no poder afrontar la factura de la luz”.
Su argumento es que tras fracasar la investidura “ha quedado demostrado que el pacto PSOE-Ciudadanos solo es viable si se suma el PP”. “Se han vuelto a plantear los tres escenarios que señalamos tras el 20-D: la gran coalición (con diferentes fórmulas y candidatos posibles, pero gran coalición al fin y al cabo); el Gobierno a la valenciana, o la repetición de elecciones”. Al describir esas opciones, zanja: “En el tercero, la preocupación para esos sectores sería que mejorásemos los resultados electorales”.