Hoy sábado, 19 de marzo de 20.30 a 21.30, apaga la luz. Cambia por el clima. Este sábado se repite una nueva edición de La Hora del Planeta, una campaña de la ONG ambientalista WWF que empezó en 2007 en Sidney como un gesto simbólico de la lucha contra el cambio climático. En 2015, coincidiendo con la Cumbre de París, obtuvo una gran movilización. Este 2016, hasta 178 países se han sumado a la iniciativa y volverán a apagar sus luminarias edificios tan emblemáticos como la Torre Eiffel de París, el Empire State Building de Nueva York, el Taipéi 101, en Taiwán, o la ópera de Sidney.
En España se han sumado a la iniciativa 300 ciudades y municipios, y también apagarán sus luces monumentos como la Alhambra, el Generalife, el Palacio Real de Madrid, la catedral de Palma de Mallorca o la Sagrada Familia de Barcelona. Cataluña es la comunidad con más ayuntamientos adheridos, seguida de Andalucía, la Comunidad Valenciana y Madrid. La organización subraya el caso de Valencia, que se une a la campaña a pesar de estar en Fallas.
En la edición latinoamericana de La Hora del Planeta se ofrece al usuario de internet la posibilidad de eligir la posible conservacíon de una especie o de un hábitat, por ejemplo, si conserva la ballena azul o la Amazonia. Un gran número de lugares, como el boque nativo chileno, el agua dulce colombiana o el Gran Chaco paraguayo, compiten por subsistir, al igual que especies como el tiburón ballena, el tapir andino o la mariposa monarca mexicana. Más de 25.000 personas ya han votado por sus favoritos, según WWF.
El número de ciudades adheridas en Latinoamérica también ha crecido, hasta el punto de que no sólo se celebra ya en las capitales. Brasil lo celebra en 86 ciudades, Argentina en 13, México en 10, Bolivia en 6, Chile en 5 y Ecuador en 4. «Incluimos dos sitios considerados Patrimonio Mundial de la Unesco: Quito capital y las islas Galápagos», explica Julio Mario Fernández, director de comunicaciones de WWF Latinoamérica y Caribe en declaraciones a Efe.
El objetivo del Acuerdo de París —sellado el pasado diciembre en Francia para luchar contra el cambio climático— pretende impedir que el aumento de la temperatura a final del siglo se quede “muy por debajo de los dos grados” con respecto al nivel preindustrial, y continuar los esfuerzos para limitar ese aumento en 1,5 ºC.