Tras el duelo y la progresiva vuelta a la normalidad, Bélgica está decidida a pasar a la acción. El primer ministro del Gobierno federal belga, Charles Michel, ha confirmado hoy que el país enviará cazas F-16 para bombardear al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). En medio de una formidable presión tras la rechazada dimisión de dos de los ministros de su gabinete por los fallos policiales relacionados con los atentados del pasado martes en el aeropuerto y el metro de Bruselas –que han segado la vida de 31 personas–, Michel se ha reunido hoy con el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y tras ese encuentro ha anunciado que esa misión ya ha sido debatida en el Parlamento federal. En enero ya estaba previsto que los cazas belgas sustituyeran a los holandeses en Irak a partir de julio. Está por ver si Bélgica se adelanta a esa fecha y si envía aviones también a Siria.
En una rueda de prensa junto a Michel, Kerry ha sugerido que los ataques terroristas tienen relación con la creciente debilidad del Estado Islámico en Oriente Medio. «La destrucción del Estado Islámico», ha explicado el secretario de Estado de Barack Obama, llevará «tiempo, paciencia y persistencia». «Requiere recursos, compromisos y cooperación, y el reconocimiento de que este es un desafío global», ha insistido.
«La verdadera razón por la que el ISIS está recurriendo a ataques fuera de Oriente Próximo es porque su fantasía del califato se está derrumbando. Su territorio se reduce a diario, sus líderes están siendo diezmados y sus combatientes están huyendo», según Kerry, que ha mostrado sus condolencias por los dos norteamericanos muertos en los atentados. «Volveremos con más fuerza», «no nos vamos a rendir», «tendremos éxito, destruiremos el Estado Islámico», ha vaticinado.