El primer ministro de Islandia, Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, ha presentado su dimisión y se ha convertido en la primera víctima política de los ‘papeles de Panamá’.Según los documentos filtrados por varios medios británicos y por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, Gunnlaugsson y su esposa Sigurlaug Pálsdóttir, fueron propietarios de una compañía en las Islas Vírgenes Británicas (Wintris) en la que depositaron el equivalente a 3,5 millones de euros en bonos de tres bancos islandeses afectados por la crisis financiera del 2008, según adelanta El Mundo en su edición digital.
La decisión fue adoptada en una reunión de su Partido Progresista, han informado medios locales, y horas después de que el jefe del Gobierno hubiera pedido la disolución del Parlamento al presidente del país, Ólafur Ragnar Grímsson.
Gunnlaugssonn seguirá al frente de su partido, que ha propuesto al hasta ahora ministro de Agricultura, Sigurour Ingi Jóhansson, como nuevo primer ministro.
La dimisión de Gunnlaugsson se ha producido tras una masiva protesta popular. Miles de islandeses se manifestaron ininterrumpidamente entre el lunes y el martes ante el Parlamento de Reikiavik pidiendo su dimisión, en un «remake» de las protestas del 2009 contra el rescate de banca con dinero público.
El primer ministro llegó a pedir el martes por la mañana la disolución del Parlamento al presidente del país nórdico, Ólafur Ragnar Grímsson, que rechazó en primera instancia su propuesta.
El propio Gunnlaugsson había llegado declarar horas antes en la televisión que no pensaba dimitir, aunque la oposición al completo -socialdemócratas, Piratas, Izquierda-Verdes y Futuro Brillante- había puesto en marcha un voto de censura. La presión popular se hizo al final insostenible: más de 30.000 ciudadanos, el 10% de la población, reclamaron su dimisión en una petición «online». Asimismo, sostuvo que en ningún momento ni él ni su mujer hicieron uso de esa firma para evitar pagar impuestos en Islandia.
Gunnlaugsson, 41 años, líder del Partido Progresista, había sido el primer ministro más joven en la historia de Islandia. Su meteórico ascenso, sin haber cumplido siquiera los 40 años, se produjo al poco de haber sido elegido parlamentario en el 2009. En el 2013 fue elegido primer ministro con el apoyo del Partido de la Independencia de Bjarni Benediktsson, el actual ministro de Finanzas, también «fichado» en los «Papeles de Panamá».