El Área de Salud y la Gerencia de Servicios Sanitarios de La Gomera, adscritas a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, ponen en marcha el proyecto de Enfermería Comunitaria de Enlace, que asesorará a cuidadores de pacientes con el objetivo de mejorar la calidad de vida de ambos.
El programa contiene asesoramiento y formación para los cuidadores a través de talleres periódicos sobre cuidados en el hogar, gestionará el material necesario y designará a un profesional para que sea responsable cuando el paciente sea ingresado o dado de alta del hospital.
La evaluación, que se ejecutará cada seis meses, comienza con la identificación de personas dependientes y de sus cuidadores. Tras la valoración inicial, se organiza con los médicos responsables del paciente un plan de cuidados y se administrarán aquellos recursos que se consideren necesarios.
En palabras de la directora del Área de Salud de la Gomera, Olivia T. Padilla, “este proyecto se enmarca en el denominado Servicio de Continuidad de cuidados en domicilio y nace para dar respuesta a los cambios demográficos actuales, al creciente envejecimiento de la población y al aumento de enfermedades que incapacitan a la persona para valerse por sí misma”.
Padilla añade que “esta iniciativa traerá importantes beneficios a la isla debido a que, en ella los núcleos de población son dispersos y además, se cuenta con un considerable número de población envejecida y en muchos casos dependiente”. Se trata por tanto, de una acción dirigida a acercar y adaptar el trabajo sanitario a las necesidades de la ciudadanía de la Gomera.
El número de personas susceptibles de inclusión en este Programa de Continuidad de Cuidados en Domicilio es de 1.151 distribuidas en toda la isla por Zonas Básicas de Salud, en Vallehermoso 265 personas, en Mulagua 197, en San Sebastián 341, en Valle gran Rey 214 y en Playa Santiago 138.
El programa estará formado por tres profesionales de la enfermería que trabajarán en continua coordinación con los facultativos de los centros de salud de la isla y con el equipo de Trabajo social con el que se cuenta desde la Gerencia de Servicios Sanitarios.
La iniciativa encaja con el papel educativo y de investigación que le corresponde a la enfermería, y además como servicio que presta diferentes cuidados. Por ello, el profesional debe estar formado en el cuidado de personas mayores dependientes y sus cuidadores y contar con una serie de habilidades.
La formación se divide en básica, que incluye metodología de cuidados, sistemas de información de APS o taller de cuidadoras; y una complementaria, que se centra en el trabajo e intervenciones con la familia, gestión de equipos de trabajo o negociación y la gestión de conflictos, entre otros aspectos.
En cualquier caso, formación y experiencia deben ir ligadas. En concreto, es importante la trayectoria profesional en Atención Primaria y en atención a personas mayores y cuidadoras, así como la experiencia en atención domiciliaria.
En cuanto a las habilidades, el profesional ha de tener competencias en comunicación para poder relacionarse con empatía con el paciente y su entorno; también debe ser capaz de trabajar en equipo para planificar y organizar las tareas, tener capacidad de negociación y resolución de conflictos y saber autogestionar los recursos de manera individual.