Sí se puede considera que “deben ponerse todos los medios para evitar que las cabras asilvestradas destruyan la biodiversidad de Canarias” y reconoce en las medidas que ha adoptado la consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria “un valor a la hora de afrontar el asunto que no se aprecia en todas las administraciones públicas”. Así lo destaca el portavoz de Sí se puede en materia medioambiental, José María Fernández-Palacios, catedrático de Ecología de la Universidad de La Laguna.
“Las cabras asilvestradas se están comiendo literalmente la biodiversidad vegetal de Canarias y están poniendo en serio riesgo una parte de la estrategia de reforestación emprendida por las diversas instituciones”, asegura Fernández-Palacios. El problema es grave y “ha alcanzado tal envergadura por la inacción de tantos años”, causada porque “muchas instituciones no han actuado por miedo a las consecuencias sociales y el efecto en la opinión pública, pero es necesario que asuman su responsabilidad y actúen como está haciendo el Cabildo de Gran Canaria”, subraya el portavoz ecosocialista.
Esta inacción por parte de las administraciones públicas ha dado lugar a “una población de cabras asilvestradas que lleva años incrementándose”, de manera que, en la actualidad, la cantidad de cabras asilvestradas en las islas es tan grande que “el número de ejemplares que se pueden capturar mediante apañadas no es suficiente ni para erradicar ni para controlar” el fenómeno, explica Fernández-Palacios.
La gravedad de la situación requiere el empleo de “todas las soluciones que tenemos a nuestro alcance”, lo que implica “el control del ganado para evitar sueltas incontroladas, capturas de ejemplares vivos mediante la técnica conocida como apañada y también, desgraciadamente, la abatida con armas de fuego”, apunta el portavoz. El reto en Gran Canaria consiste en que están en riesgo “algunas de las zonas de mayor biodiversidad de la isla por un problema que se puede solucionar”.
“Los problemas medioambientales son complejos y en muchas ocasiones obligan a tomar decisiones difíciles –apunta Fernández-Palacios–, pero todos, y en especial las administraciones públicas, tenemos la responsabilidad de cuidar por la conservación de una riqueza natural única en el mundo, que además está en la base de nuestro bienestar”.
Las cabras asilvestradas han sido incluidas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN en sus siglas en inglés) en su catálogo de su Invasive Species Specialist Group, ISSG entre las cien especies invasoras más peligrosas del mundo. Su impacto sobre la vegetación ha sido sobradamente estudiado por múltiples autores, apunta el portavoz de Sí se puede. “Por supuesto, el ganado controlado tiene un efecto muy positivo y cumple un papel fundamental en la gestión sostenible del paisaje, pero eso nada tiene que ver con los ejemplares de cabras asilvestradas, procedentes en su mayoría de sueltas incontroladas”, señala.
Sí se puede recuerda que Canarias está entre las 15 regiones del mundo con mayor biodiversidad, con unos 3.600 endemismos, esto es, plantas que no se encuentran en otro lugar del planeta, ya sea porque se originaron aquí, o porque se han extinguido en otros lugares y han permanecido en las Islas, de manera que en torno al 30% de las especies vegetales y animales de Canarias son endémicas. Estos datos significan que el Archipiélago concentra más de la mitad de la biodiversidad de todo el Estado, lo que “da la dimensión del reto que significa para las administraciones públicas responder por la defensa de un patrimonio que es de todos”, concluye Fernández-Palacios.