El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, informó ayer de que la cifra de fallecidos ascendió a 246, en tanto que la de heridos se ubicó en 2.527 como consecuencia del terremoto de 7,8 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, que sacudió el sábado la zona tropical norte del país.
El anuncio lo realizó en una rueda de prensa tras un recorrido por poblaciones de la costa, azotados por el terremoto, en la que reiteró que no hay alerta de tsunami, ni afectación en represas de agua.
Según el vicepresidente, hasta el momento se habían registrado 189 replicas de diversa intensidad del terremoto, que se produjo a las 18:58 hora local del sábado (23:58 GMT), entre los balnearios costeros de Cojimíes y de Pedernales, en la provincia de Manabí y colindante con la vecina Esmeraldas.
Tras el desastre, el Gobierno ecuatoriano declaró el estado de emergencia en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos y Santa Elena, así como el estado de excepción en todo el territorio nacional.
Glas agradeció la ayuda internacional ofrecida, que ayer ya había comenzado a llegar, y pidió a la población no arriesgar sus vidas por tratar de rescatar enseres de los escombros. Además insistió en que la “prioridad” es el rescate y la atención a la ciudadanía. “Luego, con mucha fuerza y con profunda unidad, vendrá la reconstrucción”, dijo.
Durante uno de sus recorridos por las zonas afectadas, el vicepresidente calificó de “catástrofe” lo ocurrido en ciertas zonas de la costa ecuatoriana. “Es una tragedia que estamos enfrentando, ya llega más fuerza pública, vituallas, agua, seguridad; estamos tratando de restablecer el servicio público de electricidad en algunas partes de la ciudad. Nos encontramos en una situación de catástrofe en algunas partes de Portoviejo, en algunas partes de Manta”, dijo Glas.
Glas pidió unidad, fuerza y fe a los ecuatorianos y, en nombre del presidente de Ecuador, Rafael Correa, se solidarizó con las familias de las víctimas.
El gobernante está de regreso desde Europa tras participar en un foro para conmemorar la publicación de la encíclica del papa Juan Pablo II “Centesimus Annus” y se prevé que llegue en la tarde a la ciudad de Manta, una de las más afectadas por el terremoto.
España tenía previsto enviar anoche un avión a Ecuador con 50 integrantes de la Unidad Militar de Emergencias (UME)y perros adiestrados para ayudar en las tareas de localización de posibles víctimas del terremoto que ha sufrido el país latinoamericano.
Esta ayuda se concretó tras la conversación que habían mantenido el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, con el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
El avión Airbus de la Fuerza Aérea Española con el personal de la UME tenía prvisto partir de la base aérea de Torrejón de Ardoz, confirmó a Efe el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo.
Margallo explicó que ha estado en contacto, entre otras autoridades ecuatorianas, con el ministro de Defensa y asimismo extitular de Exteriores Ricardo Patiño, para conocer las necesidades de su país tras el terremoto.
Precisamente, el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Manuel Gracia Aldaz, se había desplazadoen la tarde de ayer hasta las instalaciones de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) donde prepara el contingente de ayuda para las víctimas del terremoto de Ecuador.