Con sus 361 metros de eslora, mide más que la Torre Eiffel y tanto como cinco aviones Airbus A380. Es el Harmony of the Seas, el tercer crucero de la clase Oasis de la compañía Royal Caribbean, y es el barco más grande del mundo. Después de tres años de construcción, en la que han trabajado unas 3.000 personas, este nuevo gigante de los mares está ya listo para zarpar. Los astilleros STX de Saint-Nazaire, en la costa oeste francesa, lo han entregado jueves a la compañía de crucero estadounidense. El domingo pondrá rumbo a Southampton, en el sur de Inglaterra, desde donde viajará a finales de mes a Barcelona, su puerto base hasta noviembre.
«Hoy es un día excepcional en el que entregamos un barco excepcional», ha recordado Laurent Castaing, presidente de STX Francia, durante la ceremonia de entrega. «Sus resultados sobrepasan nuestras expectativas. No es solo el barco más grande del mundo, sino que es también el más respetuoso con el medioambiente», ha apuntado. «Es también el más caro del mundo, no quiero que me quiten ese mérito», ha añadido con un toque de humor Richard Fain, presidente y director ejecutivo del grupo Royal Caribbean Cruise, en referencia a los 1.000 millones de euros invertidos en la nave.
Todas las cifras del Harmony of the Seas dan vértigo: con 16 cubiertas para pasajeros, alcanza los 72 metros de altura, que se pueden recorrer en uno de los 24 ascensores. A los 361 metros de eslora se suman 66 de manga para alcanzar las 227.000 toneladas. Es algo mayor que los anteriores barcos de la familia Oasis, al tiempo que incorpora nuevas tecnologías como el acceso a una conexión rápida de Internet en alta mar. Sus 2.747 camarotes pueden acoger hasta 6.410 pasajeros, a los que se suman los 2.300 miembros de la tripulación. Alcanzará una velocidad de crucero de 22 nudos, gracias a sus cuatro hélices transversales de 7.500 caballos.
Los astilleros franceses de STX, conocidos por su excelencia innovadora, han elaborado además un barco mucho más eficiente. Emite un 20% menos de CO2 que el primer Oasis, de 2009, el cual ya introducía la preocupación medioambiental con el reciclaje de las aguas. El Harmony of the Seas da un paso más, recuperando por ejemplo el calor de los gases de escape para convertirlo en vapor, que sirve para calentar y destilar el agua para el consumo a bordo. La forma del casco se ha diseñado para que presente menos resistencia hidrodinámica y se han incorporado unas burbujas de aire bajo el casco con el mismo propósito.
Durante el proceso de elaboración, a los directivos de la compañía de cruceros se les ocurrió sumar un nuevo récord al barco, el de ofrecer el tobogán más alto en mar. El resultado es el impactante Ultimate Abyss, sin duda una de las estrellas a bordo. Con una altura de 40 metros, este tobogán en seco apto solo para los más aventureros ofrece una caída serpenteada de más de 30 metros, bajando una altura de 10 cubiertas a una velocidad de 14 kilómetros por hora. Una serie de ruidos y luces animarán la bajada con el objetivo declarado de hacer perder toda referencia espacial al que se anime a probar la atracción. A este se suma un trío de toboganes sobre varias cubiertas y un parque acuático para pequeños y grandes.
Diseñado como un crucero de verano, con sus grandes espacios abiertos, ofrece una multitud de ocio, con un teatro principal con capacidad para 1.380 personas en el que se ofrecerá el musical de Broadway Grease, un teatro acuático y una pista de patinaje con su propio espectáculo. Entre los paseos más agradables por los que perderse destaca el bautizado como Central Park, verdadero pulmón verde de esta ciudad sobre el mar. Una hilada de plantas y muros vegetales de 12.500 tipos refrescan la plaza, entre bares de copas y salones (15 en todo el barco) y restaurantes (20 en total).
Los primeros pasajeros podrán embarcar a finales de mes, desde el puerto de Southampton, para unos días de crucero.