Miles de personas han celebrado hoy en el centro de Madrid el quinto aniversario del 15-M o movimiento de los indignados con una manifestación que ha culminado en la Puerta del Sol, epicentro del nacimiento de la gran movilización ciudadana que agitó la vida política española en 2011.
El aniversario viene marcado por la proximidad de la campaña para las elecciones generales del 26 de junio, una repetición de las de diciembre después de que no se lograra formar Gobierno, y las acusaciones a Podemos de tratar de apropiarse de la huella del movimiento con fines electorales.
La manifestación arrancó en la conocida Plaza de Cibeles, junto al ayuntamiento de Madrid, y hora y media después entraban los primeros indignados en la Puerta del Sol al grito de «¡Sí se puede!», una de las consignas de aquellos días que asumióPodemos tras su nacimiento, en 2014. También se volvió a escuchar el «¡Que no nos representan!» contra los políticos, informa DPA.
«Nadie puede representar un movimiento y, sin embargo, el 15-M representó un nuevo país. Feliz cumpleaños», expresó hoy en Twitter el líder de Podemos, Pablo Iglesias. La formación no participa en la marcha como tal, aunque sí hay en ella líderes conocidos.
Reivindicando el legado de la Puerta del Sol, Iglesias y el líder de Izquierda Unida (IU), Alberto Garzón, anunciaron allí hace unos días el acuerdo para concurrir en coalición a las urnas. Dos de los colectivos ciudadanos que siguen trabajando en la estela del 15-M les exigieron que no utilicen el movimiento con fines electorales.
Podemos e IU aspiran a superar juntos y desplazar al Partido Socialista (PSOE)como referencia de la izquierda, con el objetivo mayor de formar un Gobierno que expulse de La Moncloa al del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy. Las encuestas en medios españoles dan a Unidos Podemos, como se llama la coalición, posibilidades de «sorpasso» a los socialistas el 26 de junio.
Durante la jornada se ha realizado un «grito mudo» porque hoy no solo se ha conmemorado el aniversario del 15-M, también se ha celebrado una marcha internacional para transmitir su apoyo al movimiento #NuitDebout (Noche en pie), surgido en Francia a semejanza del movimiento ciudadano español.
Este aniversario estará marcado por una marcha en 500 ciudades del mundo en una jornada internacional de protesta que «nos debe llevar a una nueva etapa de luchas coordinadas, porque el cambio de modelo debe ser global», afirma en un comunicado la plataforma Democracia Real ¡Ya!
En Barcelona, unas 1.200 personas, según fuentes municipales, se han concentrado en la Plaza de Cataluña, desde donde han partido hacia la plaza Universitat tras realizar una ‘sentada’ ante la sede de la Comisión Europea (CE) en el paseo de Gràcia para reclamar la defensa de los derechos humanos de los refugiados.
Los indignados de todo el mundo se alían contra las grandes empresas
El 15 de mayo era una fecha señalada en el calendario de los indignados que este domingo volvieron a clamar por una lucha internacional en París y otras 130 ciudades de todo el mundo. Tras un mes y medio de concentraciones, en el quinto aniversario del 15-M español, germen de la llamada Nuit Debout, unas dos mil personas acudieron a la Plaza de la República tras lanzar un mensaje global por la «ocupación de las plazas públicas de todo el mundo para juntarse, expresarse y reapropiarse de la política» y anunciaron una lucha global de indignados contra grandes empresas, empezando por Coca-Cola.
En París, tras varias actividades lúdicas y asambleas, comenzaron una serie de conexiones en directo con otros «indignados» de todo el mundo, empezando porMadrid y Londres, a las que después se unirían Berlín, Edimburgo, Milán, Bélgica y Burdeos. En total, 130 ciudades de 28 países y 300 sumando todas las poblaciones de Francia que se sumaron a la causa, algunas de ellas por primera vez.
Durante la conexión con Madrid, ambos grupos anunciaron una lucha en común mundial, que consistirá en elegir cada dos semanas a empresas «que actúan mal» y tratar de hacer boicot mediante protestas y, sobre todo, a través de redes sociales, aprovechando el eco mediático y el seguimiento del que disfrutan estos movimientos. La primera compañía que sufrirá las críticas de los indignados de todo el mundo será Coca-Cola, que en 2014 despidió a más de 800 personas en unERE que aún hoy tratan de contestar sus trabajadores que piden la readmisión en la fábrica de Fuenlabrada.
París le gana terreno a Madrid
«Cuando empezamos y nos dimos cuenta de que teníamos tantos apoyos internacionales decidimos organizar esta jornada ‘Global Debout’, como símbolo de fuerza y solidaridad», comenta Jeanne, una de las indignadas que participa en las comisiones de organización. La elección de la fecha es un homenaje al 15-M, que inspiró la Nuit Debout aunque hoy parece que París lidera el movimiento de rebelión pacífica y ocupación de las plazas del que un día Madrid fue símbolo internacional.
Ciudadanos de Londres y otras ciudades mandan mensajes de apoyo a los indignados franceses y agradecen este «levantamiento» pacífico, animándoles a continuar y les aseguran que son un ejemplo para otras ciudades.
En Francia, el movimiento no se apaga y, la Plaza de la República sigue acogiendo a diario a cientos de personas. Además, los «indignados» participan activamente en las protestas contra la reforma laboral que el Gobierno de Hollande ha aprobado esta semana mediante un decreto, esquivando así el debate político en la Asamblea Nacional. Unos 300 participantes de la Nuit Debout acudieron el pasado jueves a la puerta de la AN para protestar contra esta polémica decisión del Ejecutivo galo.
Sin embargo, el respaldo ciudadano al movimiento francés, clave para su propio éxito, está bajando de forma considerable. Según un sondeo del diario ‘Le Parisien’publicado este domingo, el apoyo ciudadano a la Nuit Debout es del 49%, 11 puntos menos que en abril. Los altercados provocados en el margen de las manifestaciones contra la Ley El Khomri parecen haber afectado a la opinión de la población en este sentido que cree que habría que prohibir la Nuit Debout. Además, el 65% de los encuestados considera que el movimiento va a desaparecer «rápidamente» y no confían en que pueda transformarse en un partido político, a pesar del ejemplo español con Podemos.