Los colectivos, las brigadas de choque del chavismo, le han partido la cara al jefe de la fracción parlamentaria de la oposición Julio Borges.
Las primeras versiones indican que unos 70 diputados de la Mesa de la Unidad Democrática, la alianza de partidos políticos adversos al gobierno venezolano, decidieron apostarse frente a la sede del Consejo Nacional Electoral para exigir que sus autoridades indiquen cómo va a continuar el proceso para convocar a un plebiscito que decida si el presidente Nicolás Maduro debe continuar en el Ejecutivo venezolano. Fue una protesta sorpresiva que no se filtró a los medios para evitar que las autoridades bloquearan el paso desde los municipios vecinos. El CNE, según la oposición, se ha tardado más de 40 días para tomar la decisión.
Diez parlamentarios fueron autorizados para ingresar al edificio, pero la Guardia Nacional Bolivariana, encargada de la seguridad del organismo electoral, no solo lo impidió, sino que dispersó a los parlamentarios hacia los alrededores de la sede, donde estaban apostados los grupos violentos que apoyan a gobierno. A Borges le partieron el tabique nasal con un tubo.
Borges y sus compañeros, algunos con heridas más leves, se refugiaron en la sede del Parlamento. “Nosotros estamos exigiendo el derecho al revocatorio. El gobierno no quiere permitir que todos los venezolanos opinemos sobre el futuro”, dijo Borges aún sangrando, en sus primeras declaraciones luego de la agresión. “Señor Maduro, no les niegue la paz a los venezolanos”.