La isla de La Gomera sufre desde hace muchos años una incipiente escasez de oportunidades laborales. Esta escasez es incluso más sangrante cuando se trata de los jóvenes, que tras formarse y, en muchos casos, obtener destacadas calificaciones en sus estudios, deben afrontar la dura realidad de que a La Gomera solo pueden volver de vacaciones. Las inversiones en políticas de empleo, si bien han ayudado a muchas familias de la isla a salir adelante de manera eventual, no han conseguido crear empleo de calidad ni una mediana estabilidad laboral, hipotecando además en muchos casos su futuro a favor de unas siglas (o personas que las van cambiando) que con puntualidad electoral vienen a cobrar sus letras en forma de votos.
En mi caso, tras acabar mis estudios de Ingeniería, vine a La Gomera con la ilusión de construir mi futuro en una tierra que siempre he amado. Lugar que en su día abandonó mi padre, y antes que él mi abuelo en busca de oportunidades. A nivel profesional, en cada esquina veía las carencias y las necesidades que tenía la isla en infraestructuras (y que sigue teniendo) y me ilusionaba pensar que yo podía proyectar esas obras, dirigir su ejecución, mejorar nuestro entorno y revalorizarlo, redundando todo esto en un bienestar social para todos mis vecinos y para los ciudadanos en general. En todo este tiempo, he trabajado como camarero, he trabajado como comercial y, finalmente, conduciendo los camiones de basura en mi ayuntamiento, pero ni un solo día como ingeniero. Para otras profesiones no es muy distinto el panorama. Conozco profesoras que trabajan en panaderías, aparejadores que trabajan de jefes de cuadrilla, administrativos o mecánicos que arrancan hierbas en las cunetas 6 meses al año, y como estos muchos ejemplos más de personas que por un motivo u otro intentan salir adelante aquí, sufriendo y padeciendo la carencia de empleo.
Tenemos la generación de jóvenes más y mejor preparada de la historia, y la única alternativa real que les estamos dando es tener que abandonar esta tierra como los hicieron nuestros padres y abuelos. La falta de una visión de futuro, la falta de planteamientos a medio o largo plazo, y la falta de un modelo que vaya más allá de la perpetuación de algunos individuos en sus cargos, nos lleva a someter a la mediocridad a nuestros mejores talentos si quieren quedarse en su tierra.
Desde el Gobierno de Canarias, Coalición Canaria ha empezado esta renovación en los planteamientos para que nuestros jóvenes no tengan que emigrar y facilitar así el regreso a casa de nuestros talentos, que se encuentran fuera de nuestra tierra por falta de oportunidades. Todo ello, sin olvidar en un solo instante a los mayores de 45 años. Estamos empezando a transitar en el buen camino, para sembrar un futuro mejor a nuestros jóvenes, a través de la cultura del esfuerzo, haciendo apuestas en sectores estratégicos ( I+D+I+i) que no solo permitan el crecimiento y la prosperidad de nuestra tierra, sino que nos brinde la oportunidad de ser nosotros mismos como el motor de ese cambio. En estas elecciones generales toca refrendar esa renovación que todos los ciudadanos piden a gritos en la calle, tanto en el Congreso como en el Senado, para que nuestros representantes luchen y consigan para nuestra tierra las herramientas necesarias que permitan construir ese futuro. Otros como PP o PSOE no lo han hecho anteriormente, y no lo harán ahora. Otros como Podemos y Ciudadanos les importa más el gobierno, los sillones y su vanidad, que el futuro de más de 2 millones de personas que viven bastante lejos del territorio peninsular.
A todos los gomeros y gomeras les pido una reflexión. Ya lo dijo Albert Einstein: “Si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”.
*Christian Méndez, Candidato de Coalición Canaria-Partido Nacionalista Canario al Senado por La Gomera.