La atención sanitaria en La Gomera ha sido siempre una de las cuestiones que invariablemente más preocupa a los habitantes de la Isla y que mayor esfuerzo ha requerido a la hora de lograr avances, por pequeños que éstos sean. La construcción del Hospital Insular supuso, sin duda, un indudable éxito después de años de reivindicaciones. Pero una vez que el nuevo centro abrió sus puertas se resaltaron otras cuestiones preocupantes: déficit de especialistas, carencia de medios para tratar enfermedades graves, necesidad de recurrir a helicópteros para salvar vidas, falta de planificación y de gestión, listas de espera que no se reducen y un significativo número de carencias. Problemas que en caso de no obtener respuesta pueden cronificarse.
Entre las principales particularidades de La Gomera está, por ejemplo, la necesidad de disponer de consultorios dada su abrupta geografía o contar con una población envejecida y en muchos casos con enfermedades crónicas, entendiendo como tal aquella dolencia que dura más de seis meses. En ocasiones los pacientes de la Isla se ven obligados a desplazarse a Tenerife para tratar sus dolencias con el importante desembolso económico que este hecho implica. En definitiva, un entramado en el que quien más o quien menos percibe los efectos de los recortes presupuestarios de los últimos años en el sistema sanitario canario que ha pasado de contar con 3.000 millones en 2009 a los actuales 2.600 millones,
En el caso de La Gomera la realidad es que el 19,5% de las tarjetas sanitarias están en manos de personas de más de 65 años, frente a un 15% en toda Canarias y un 18,4% en España. El gasto medio anual en medicamentos alcanza los 699 euros para este segmento de edad pero se eleva 1.110 euros si se superan los ochenta años hasta sumar un 54% del total. Igualmente, los mayores de 65 años implican el 55% de los ingresos hospitalarios, el 25% de las urgencias en toda Canarias. El aumento de la esperanza de vida agudiza estas cuestiones y requiere que se le vaya dando más importancia.
En estos momentos de los 21.000 habitantes de la Isla, 4.450 son mayores de 65 años, lo que implica el 21%, mientras que la media nacional se sitúa en el 16%. De esta cifra casi 2.000 ancianos padecen algún tipo de dependencia. Según los datos que maneja el Cabildo de La Gomera, en 2019 la cifra de habitantes mayores de 65 años llegaría al 28,5% de la población.
Un paso de gigante se dará cuando abra sus puertas el nuevo centro sociosanitario, competencia del Cabildo, que estará situado en el antiguo Hospital Insular y que contará con los medios más avanzados para tratar a los dependientes, principalmente mayores. Las previsiones apuntan a que tendrá una capacidad de 100 plazas entre internos y diurnos.
Desde el Parlamento canario, el diputado regional y presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo Curbelo, ha presentado una batería de iniciativas con el fin de que el Gobierno canario avance en la planificación sanitaria, aparte de resolver los inevitables problemas del día a día. Curbelo demanda que se elabore el plan de urgencias, de salud, de recursos humanos, de cuidados paliativos, de infraestructuras y grandes equipamientos sanitarios o la actualización del plan de atención mental. Pero aparte el diputado regional pide el acondicionamiento del Centro de Salud de San Sebastián y la construcción de uno nuevo en Valle Gran Rey. Localidad esta última en la que viven 4.000 personas y reside un número importante de turistas.
Gran parte de las demandas de la Agrupación Socialista Gomera (ASG), integrada en el grupo mixto del Parlamento canario, se centra en que las Islas no capitalinas y especialmente La Gomera y El Hierro cuenten con especialistas fijos. De esta manera se daría un avance definitivo a la hora de paliar las dificultades a las que se enfrentan todos los enfermos pero especialmente los crónicos y los mayores de 65 años.
En estos momentos se tramita en la Cámara regional una Proposición No de Ley (PNL) de ASG a través de la cual se pide la creación de un protocolo de sustitución para cubrir las necesidades de atención especializada cuando se produzca la baja temporal de un especialista en las Islas no capitalinas. Igualmente, se solicita incrementar los recursos materiales y humanos de los hospitales insulares de estos territorios, en concreto los de pruebas diagnósticas como radiología y analítica, para evitar los desplazamientos innecesarios de los habitantes a los hospitales de referencia, situados en Tenerife. Finalmente, la PNL pide que se pongan en marcha las experiencias piloto de visitas periódicas de especialistas o consultas online, una alternativa esta última que está dando buenos resultados.
En la PNL se recuerda que hasta ahora la utilización de ratios poblacionales en cuestiones sanitarias ha dado lugar a que las Islas no capitalinas carezcan de una Atención Sanitaria Especializada, pese a su evidente necesidad. Por lo tanto, la falta de facultativos y de especialistas provoca que en numerosas ocasiones los habitantes de La Palma, La Gomera, El Hierro, Fuerteventura, Lanzarote o La Graciosa se tengan que desplazar a Tenerife o Gran Canaria, donde se sitúan los hospitales de referencia. Este hecho ha dado lugar a problemas para el sistema sanitario por el aumento de las listas de espera y para la economía de los pacientes muchos de ellos pensionistas, que se ven obligados a costear estos continuos viajes. Las ayudas públicas que se ofrecen muchas veces sólo pueden ser calificadas de irrisorias.
“Por eso las especialidades médicas y los profesionales que las cubren, y que se pueden encontrar actualmente en los hospitales insulares de las Islas no capitalinas son altamente valorados, ya que en muchas ocasiones es el único especialista para toda la Isla”, se indica en la PNL. De esta manera, toda la atención se concentra sobre estos profesionales hasta el punto de que se causa un gran problema si se ponen de baja, dado que no existe un protocolo que los sustituya ni siquiera de forma temporal.
Los parlamentarios de ASG recuerdan que aunque actualmente hay experiencias piloto como las consultas virtuales que se están realizando en La Palma y las visitas periódicas de especialistas que se efectúan en Lanzarote y Fuerteventura, no hay nada previsto para los casos concretos de La Gomera y El Hierro. Y todo ello pese a que hay especialidades médicas de las que no se puede prescindir, porque la falta del especialista supone un grave riesgo para la salud de los pacientes que necesitan de este tratamiento.
Un caso tristemente paradigmático fue lo que ocurrió con la falta de traumatólogo en La Gomera donde hubo un vacío desde noviembre de 2015 hasta mayo de 2016, por ausentarse el especialista. Durante todo ese período los 21.000 habitantes y miles de turistas que viven en La Gomera quedaron totalmente desatendidos en cuanto a esa especialidad.
Esta ausencia provocó no sólo que se agravase la condición de los pacientes no atendidos, también saturó al personal de las Urgencias Hospitalarias de Nuestra Señora de Guadalupe que tuvieron que hacerse cargo de este vacío. Y todo ello a pesar de no tener instrumentos de diagnóstico radiológico en la Isla, por lo que incrementó el gasto en transporte de urgencias sanitario y perjudicó a muchos gomeros que tuvieron que trasladarse a Tenerife por sus propios medios para ser atendidos.
“Es imprescindible que se articule una vía para poner fin al problema, ya sea a través de un servicio de guardias al igual que en la asistencia jurídica gratuita, o un protocolo de sustitución temporal, para no dejar desatendida a la población en caso de que ocurra una vacante”.
En general las iniciativas parlamentarias presentadas por ASG se concretan en mejoras para los centros de atención primaria, más especialistas y consultas online. También consideran necesario contar con una ambulancia medicalizada que permita realizar traslados desde los puntos más alejados hasta el Hospital Insular.
Efecto doble insularidad
Hace una década los investigadores, Ignacio Abasolo, Lidia García, Raquel Aguiar y Asier Amador, elaboraron un estudio monográfico sobre los servicios sanitarios en las Islas no capitalinas que confirmó lo que ya se sospechaba: la doble insularidad no sólo condiciona la oferta de trabajo y encarece los costes de provisión y abastecimiento de productos, sino que representa igualmente una limitación en el uso de los servicios sanitarios públicos perjudicando a los residentes en las Islas no capitalinas.
En líneas generales, excepto La Palma, los habitantes de estos enclaves utilizan menos los servicios hospitalarios y de urgencias. Estas diferencias no se explicarían por las características relacionadas con la necesidad sanitaria ni con factores demográficos o socioeconómicos. En cualquier caso los investigadores ratifican que los residentes en estas Islas se ven perjudicados por la doble insularidad, hasta el punto de haberse creado un problema de equidad en los servicios sanitarios.
Y lo es así por dos hechos fundamentales: estos pacientes disponen de menos infraestructuras y dotaciones sanitarias que Gran Canaria y Tenerife, a cuyos hospitales de referencia tienen que acudir en muchas ocasiones. Pero además la fragmentación del territorio y la proliferación de instalaciones múltiples, hace que no se aprovechen las economías de escala de provisión sanitaria. La consecuencia directa es que se incrementan los costes medios.
Entre los resultados obtenidos está que los residentes de Fuerteventura y Lanzarote van menos al médico general que los de La Palma o La Gomera, que a su vez están por debajo de la media de los habitantes de las Islas capitalinas. Además, los pacientes de estos enclaves apenas acuden una o dos veces al año al especialista, frente a una media de tres en el caso de Tenerife y Gran Canaria. No habría diferencias en cuanto a urgencias u hospitalizaciones. Los informes sugieren que existe un efecto “Isla no capitalina” en el uso de los servicios sanitarios, aunque los resultados están condicionados por factores como las necesidades sanitarias a nivel individual, entre otros.