Para un pueblo como el de La Gomera, cuyos hijos se han visto en tantas ocasiones obligados a residir fuera de su Isla, las fiestas veraniegas además de diversión y devoción también significan reencuentro. Las celebraciones suponen esa especial ocasión del año en la que los gomeros de dentro y de afuera se pueden abrazar y además hacerlo rodeados de su esencia más pura: las tradiciones. Reencuentros que tienen como banda sonora y telón de fondo el sonido de las chácaras, los tambores o los romances. Cada municipio tiene su festividad y su propia forma de celebrarla.
El presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo Curbelo, considera que el verano es el momento idóneo para que los gomeros de dentro y afuera se fundan en un abrazo. Indica que una de las características principales de algunas de las celebraciones que tienen lugar en la Isla es compartir. Ocurre en la festividad en honor a la virgen de la Caridad del Cobre en Tamargada, en Vallehermoso a finales de agosto . En ese momento los participantes en la fiesta reparten las comidas con el vecino, en lo que se convierte en un acto de espontánea generosidad y hermandad. Otro tanto ocurre en los caseríos de Erque y Erquito, también en Vallehermoso.
El historiador Pablo Jerez lo expresa de esta manera: “El verano en La Gomera huele a reencuentro. Pero no sólo en plano estrictamente humano, sino también físico. Cuando llega la temporada estival la Isla se cubre de banderines y las chácaras y tambores marcan el compás de las diferentes festividades. De Vallehermoso a San Sebastián, de Agulo a Valle Gran Rey, de Alajeró a Hermigua. No hay barrio en La Gomera que no se engalane y sirva de punto de encuentro entre quienes viven a diario en sus rincones y los que regresan a su origen en las vacaciones”.
El recorrido festivo de cada verano comenzó la semana pasada con las fiestas de San Juan. Esta fiesta tiene lugar en casi todos los pueblos pero quizás sea en Vallehermoso, Hermigua, San Sebastián o Valle Gran Rey, donde la tradición de encender hogueras, tiene más arraigo. Este mismo fin de semana tiene lugar también la festividad de San Pedro en el barrio de El Calvario de la Villa. «Es aquí donde aparece por primera vez en el año la tradición de engalanar el clásico Ramo con los productos típicos de la Isla. Un elemento que el pintor José Aguiar inmortalizó en el cuadro que cuelga en las paredes del salón de plenos del Cabildo y que esta institución quiere reconocer con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC)».
En muchas ocasiones las festividades de La Gomera no tienen una fecha exacta. Por ejemplo, en Los Aceviños en Hermigua se celebra el segundo domingo de cada mes de julio la fiesta en honor a San Benito Abad y San Ramón. Un pueblo unido de forma tan estrecha al mar, como es el gomero, no podía menos que festejar por todo lo alto a la virgen del Carmen. Por ello, cada 16 de julio los vecinos se vuelcan en esta devoción que adquiere su máximo apogeo en aquellos lugares donde existe una relación más estrecha con la pesca. Es el caso de Playa de Santiago en Alajeró, San Sebastián o Valle Gran Rey. Pero también en Vallehermoso, donde el pueblo muestra un profundo cariño hacia la virgen del Carmen, pese a que no existe una especial vocación marinera.
A mitad de julio las tradiciones y la devoción se dirigen a Arure, donde tiene lugar la fiesta del Ramo en honor a la virgen de La Salud y san Buenaventura y en la que este elemento adquiere su principal expresión. Una familia se encarga de hacerlo, como pago de una promesa, y al año siguiente le tocará a otra. Unido a ello, el correspondiente ritual religioso, acompañado de la música de chácaras y tambores, canto de romances y el baile. La fiesta empieza por la mañana, en la casa de la familia que ha hecho la promesa de confeccionar el Ramo. Una vez que está terminado, se lleva en procesión acompañado de tambores y chácaras, hacia la Iglesia y se coloca al lado del altar. Se celebra la misa, y una vez concluida sale la procesión.
Pero quizás la fiesta que mejor refleja el alma de los gomeros sea la que se celebra todos los 15 de agosto en honor a la virgen de Candelaria en Chipude. Es en ese momento y en ese lugar cuando el reencuentro de los gomeros de dentro y de fuera alcanza su máxima expresión. A lo largo de tres días el pequeño pueblo situado en Vallehermoso se convierte en el epicentro sentimental y geográfico de los gomeros. Hasta aquí acuden no sólo de los distintos puntos de la Isla, sino también de todo el mundo. No es raro encontrarse con emigrantes llegados de los más variopintos puntos del planeta. Pero sin duda son los que vienen desde la cercana Isla de Tenerife los que acuden en mayor número en la que se convierte así en una cita anual para el reencuentro de los gomeros de adentro y afuera. Y el lugar concreto, en el que tiene lugar este mágico momento no es otro que el entorno de la iglesia de La Candelaria.
El sonido de las chácaras, tambores, los productos típicos de la gastronomía gomera y por supuesto el buen vino, inunda o mejor dicho incluso, desborda, el lugar. Nada más y nada menos que alrededor de cuatro mil personas se suelen dar cita cada año en esta festividad. El 16 y 17 de agosto en Arure se lleva a cabo otra celebración relacionada con el Ramo en honor a San Salvador y San Nicolás.
Cada 6 de septiembre tienen lugar las fiestas colombinas en San Sebastián en las que se rememora el paso de Cristóbal Colón por La Gomera. El formato ha ido cambiando un tanto con el tiempo y en las últimas ediciones se ha vuelto más austero con el fin de primar el carácter histórico. Pero a lo largo de los años siempre se mantiene inalterable el rito de que un invitado de renombre ejerza como invitado de lujo y ofrezca una conferencia sobre alguna cuestión relacionada con la gesta del descubrimiento. Lo cierto es que todo el programa de actos gira entorno a la participación de La Gomera en esta epopeya que cambió la historia de la Humanidad. Dos días más tarde en Hermigua tiene lugar la fiesta de La Encarnación y el 24 la de Las Mercedes en Agulo que pone punto y final a las celebraciones veraniegas.
Cada cinco años se llevan a cabo las fiestas en honor a la virgen de Guadalupe. La fecha elegida para lanzar el pistoletazo de salida, tal y como marca de forma escrupulosa la tradición, es el lunes después del primer domingo de octubre. En ese momento, la patrona de La Gomera, sale de su pequeña ermita en Puntallana y a través del mar llega a la Villa. Posteriormente, irá recorriendo todos y cada uno de los municipios de la Isla. La última edición tuvo lugar el pasado año 2013 y la próxima será en 2018. Éste es el verdadero momento en el que los gomeros de todos los puntos del mundo acuden a su lugar de nacimiento. La auténtica cita para el reencuentro y la exaltación de la fe y las tradiciones.
Pero en los años intermedios también se celebra esta festividad en el propio templo de Puntallana, a seis kilómetros de San Sebastián. Y por último, pese a que ya está enclavada en pleno octubre, lo cierto es que el segundo domingo de ese mes se celebra en Las Nieves, en la Villa, las fiestas en honor a la virgen de La Salud. Por lo tanto, si San Juan es el inicio simbólico de las fechas estivales, esta última festividad marca el final.
Nota de la redacción: Reportaje remitido por el Cabildo Insular de La Gomera