El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, decidió pedir una reunión con la Federación Canaria de Islas (Fecai) para hablar del desequilibrio inversor entre islas en materia de carreteras e intentar que haya «sentido común, cordura y diálogo».
En una entrevista a «Canarias Radio La Autonómica», el presidente quiso zanjar el conflicto surgido entre Gran Canaria y Tenerife y aseguró que este se origina por la reducción de 800 millones de euros en cinco años que ha sufrido Canarias en el Convenio de Carreteras.
El jefe del Ejecutivo canario afirmó que esta reducción genera «sobrecostes, menos licitación y mucha conflictividad» dentro de las islas porque, como hay menos a repartir, «siempre dejas insatisfecho a todo el mundo».
Fernando Clavijo abogó por dejar de levantar el pleito insular y reivindicar al Estado que cumpla con Canarias: «No se trata de quitarle nada a nadie, sino de conseguir que haya más comida para que todos estén satisfechos».
En su opinión, esta situación se salva consiguiendo que vengan más recursos y añadió que las inversiones «no se pueden cuadrar al euro», por lo que «hay que buscar una senda y satisfacer las necesidades de todas las islas», dijo.
«Lo que tenemos que conseguir es que en Tenerife se hagan las obras que necesita, y entre todos tenemos que buscar los medios económicos para que esas obras se hagan, igual que el eje norte-sur de Fuerteventura, la GC-2 o la carretera de La Aldea o la Circunvalación de Lanzarote», subrayó.
Clavijo también contradijo los datos de la Consejería de Obras Públicas, que dicen que hay equilibrio inversor entre las islas, y aseguró que el desequilibrio que ha denunciado el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, está «perfectamente publicado».
En cualquier caso, el presidente canario insiste en que eso es una «anécdota», pues son periodos del pasado que no se pueden achacar al Gobierno actual. Además, añadió que lo importante es poder ejecutar las obras en las distintas islas y mantener un equilibrio en la ejecución de las mismas.
Cree a su vez que el supuesto pleito insular entre Gran Canaria y Tenerife responde a razones personales: «Son personas que en un momento determinado, por sus intereses personales y creyendo en la defensa de su institución, le hacen un flaco favor a Canarias».