Tras ver cómo diez diputados de formaciones independentistas apoyaban al candidato del PP para la vicepresidencia de la Mesa del Congreso, Ciudadanos ha anunciado que votará en contra de Mariano Rajoy si alcanza un pacto de investidura con fuerzas nacionalistas o soberanistas. El partido de Albert Rivera se declara incompatible con estas fuerzas políticas. La negativa de Ciudadanos a negociar con los independentistas incluye su oposición a que la antigua Convergència tenga grupo propio en el Congreso y cierra la opción de que el presidente en funciones sume 175 votos en la votación de investidura, a uno de la mayoría absoluta: los 137 diputados del PP, los 5 del PNV y el de Coalición Canaria son incompatibles con los 32 de la formación de centro, según Rivera.
«[Cualquier acuerdo del PP con los nacionalistas] afecta de tal modo que se pueden quedar hasta sin la abstención de Ciudadanos», le explica a EL PAÍS Juan Carlos Girauta, portavoz parlamentario de la formación de centro. «España exige que nos comprometamos los partidos constitucionalistas», continúa. «Ninguno de ellos puede escurrir el bulto y ninguno de ellos puede pretender cubrir el hueco con partidos separatistas», añade en referencia al PP y al PSOE.
«No lo entendemos», dice José Manuel Villegas, vicesecretario general, sobre el apoyo de los partidos nacionalistas al candidato del PP a la vicepresidencia del Congreso. «Esos votos no hacían falta, y es menos entendible para una vicepresidencia tercera», sigue tras conocer que el partido que ganó las elecciones también ha favorecido la presencia del PNV en la Mesa del Senado. «Si esperan que colaboremos o miremos para otro lado ante la ilegalidad de dar grupo propio a Convergència, están equivocados», añade sobre la formación catalana, que no cumple el requisito de alcanzar el 15% de los votos en todas las circunscripciones o en el conjunto de Cataluña.
Ciudadanos nació y creció en Cataluña proyectándose como una alternativa al discurso nacionalista. Desde entonces, siempre ha vetado cualquier acuerdo de investidura o legislatura que incluyera a partidos nacionalistas e independentistas, tanto en Ayuntamientos como en Comunidades Autónomas. En los últimos días, los consejeros de Rivera han subrayado esa estrategia como parte del ADN de la formación de centro, y la han hecho extensible a cualquier acuerdo para decidir el nombre del próximo presidente. En consecuencia, para los estrategas de este partido no hay otra opción que la de que el PSOE se abstenga para facilitar la investidura de Rajoy y el inicio de la legislatura: pese a que la semana pasada Ciudadanos decidió abstenerse para facilitar la continuidad del presidente en funciones, sus diputados volverán al voto negativo si el candidato pacta con los independentistas.
«Si el PSOE se abstiene, habrá legislatura», dijo Rivera el martes. «Si el PSOE no se abstiene y el PP no le da la mano, habrá bloqueo y terceras, cuartas o quintas elecciones», añadió. «Para Ciudadanos no es fácil asumir que cuando no le gusta un gobierno tiene que abstenerse para no bloquear el país», aseguró en referencia a la ruptura de su promesa electoral de no facilitar la continuidad de Rajoy. «Eso es lo que tiene que pensar el PSOE. Si quiere abstenerse, legítimamente, con condiciones o no a cambio; o si bloquea el país y nos vamos a terceras elecciones», argumentó. «Lo que no puede hacer un partido es pedirle a otro que vote no sé qué para que a él, en su batalla interna, le sea más fácil defender no sé qué voto. No hay excusa. Cuando uno quiere pensar en España tiene que hacerlo con gestos y con votaciones, y nosotros ya lo hemos hecho».