Tras muchos años de lucha, y dedicación a la vida pública, llegas a muchas conclusiones, algunas mejores y otras que mejor queden en una simple reflexión.
Quizás –siempre se ha dicho-la dedicación más gratificante sea la municipalista, pero también una de las más exigentes, sobretodo si estás en un ayuntamiento con pocos recursos, donde la mayor parte del tiempo la responsabilidad supera a la necesidad, y se sobrepone la segunda a la primera, salvo que se raye la inconsciencia.
Dicho esto, se necesita de una superación continua personal y gerencial, para intentar resolver las obligaciones y los problemas. Los ayuntamientos no son un puesto de trabajo con un horario y unos beneficios, y puede llegar el momento que te supere la ansiedad por intentar equilibrar los problemas. Y a esto se une además, que no nos podemos dejar seducir por los que alaban esta dedicación, unos porque no lo saben realmente, otros porqué les interesa tenerlos entretenidos.
Pero reflexionado sobre esto, nos queda pensar lo que se hace para controlarlos, que ya no es solo la economía, ahora se exige más, la competencia, la supeditación, el control absoluto de lo que tienes en las manos porque son recursos escasos. Y, delimitar el campo de acción por la falta de conocimientos o la dejadez para meter propuestas por la puerta de atrás y dañando la gestión municipal y ahí aparecen las últimas razones que abocan a un camino sin salida, comenzando por la Ley nacional del año 2012, Ley 27/2013 de Racionalizacion y Sostenibilidad Local, que vino a reordenar y, donde se considera a los ayuntamientos una vez más entidades o hermanas menores, poco eficaces. Pero si fuera poco, la apoya una ley de municipios a nivel regional donde se profundiza y se encorseta aún más a los municipios, abanderando el poder de los cabildos,y ahora la ley del suelo donde se vende que lo malo es la Cotmac pero no se dice nada de la virulencia de los cabildos sobre las estrategias municipales y sus informes vinculantes.
Y por fin, cuatro. El borrador de la Ley de Servicios Sociales donde no aparece la ficha financiera una vez más y no deja de ser un documento que por respeto, vamos a dejarlo definiéndolo como incompleto, pero una vez más salvando a los cabildos como intermediarios, puede que parezca un ataque a la insularidad cabildicia, pero tengamos en claro que lo que se trata es de un ataque en toda regla de la municipalidad y si les hace falta una quinta razón remítanse a la creación de un Fondo de Compensación Insular cuando está en precario el histórico Fondo Canario de Financiacion Municipal, que si desean algo más, estudien las obligaciones de unas y otras administraciones. Serán ustedes los que comprueben si no están o al menos intentan hundir a los ayuntamientos y por tanto atentando contra los derechos de los/as ciudadanos/as.