Canarias está exenta de Rhynchophorus ferrugineus, comúnmente conocido como picudo rojo, una plaga localizada en 2005 en el Archipiélago que provoca importantes daños en las palmeras, informa el Gobierno regional en su portal de noticias. El Archipiélago se convierte «así en el primer territorio del mundo que consigue erradicarlo», subraya. Así lo anunció este martes, 13 de septiembre, el director general de Agricultura del Gobierno canario, César Martín, quien compareció en rueda de prensa para informar del Programa desarrollado por el Ejecutivo con el que se ha logrado controlar este organismo nocivo.
Durante su intervención, Martín explicó que el pasado mes de junio se cumplieron tres años desde que se capturó el último ejemplar en la isla de Fuerteventura, tiempo tras el cual, según establece la Comisión Europea, si durante las inspecciones realizadas por los técnicos no se detecta la presencia de este escarabajo originario de Asia en la zona afectada, ésta puede ser declarada como zona libre de dicho insecto.
El plan desarrollado por la Consejería de Agricultura que se ejecuta en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, la actual Consejería de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad, los cabildos insulares y ayuntamientos, se inició hace diez años, llegando a localizarse en una fase inicial hasta de 16 focos activos de esta plaga, fundamentalmente en Gran Canaria-que dejó de estar afectada en 2011- y Fuerteventura, aunque también se llegó a registrar un foco en Tenerife.
El director de Agricultura destacó también que este logro, que está permitiendo a las Islas «exportar» su conocimiento a muchas otras zonas que tienen este problema, ha sido posible gracias al importante trabajo realizado por los técnicos, la participación de las distintas administraciones, la colaboración ciudadana y a la modificación de la Orden del 87, propuesta por Canarias al Estado, que limitó la entrada al Archipiélago sólo a semillas y a palmeras con un diámetro inferior a 6 centímetros en su base.
En una década se han inspeccionado 706.081 palmeras -705.454 en controles rutinarios y 627 por aviso-, de la cuales 388.210 se encontraban en Fuerteventura, 288.149 en Gran Canaria y 29.722 en Tenerife. Además han sido tratadas un total de 209.547-137.265 en Fuerteventura, 66.101 en Gran Canaria, y 6.181 en Tenerife-. También se han capturado un total de 681 escarabajos y ha sido preciso eliminar 659 ejemplares de palmera- 459 en Fuerteventura y 200 en Gran Canaria-.
Los trabajos realizados en el marco de este programa han comprendido acciones de información y formación de los diferentes agentes implicados-cursos, jornadas de sensibilización, prácticas demostrativas de detección de síntomas para el reconocimiento del picudo rojo, distribución de un cuadernillo para podadores etc.- y el control de la importación y movimiento de palmáceas en el interior de la Comunidad Autónoma.
Asimismo se han llevado a cabo labores de inspección y detección precoz de este organismo nocivo, se eliminaron las palmeras afectadas, se aplicaron tratamientos fitosanitarios preventivos en las zonas previamente definidas como afectadas y se estableció una red de monitoreo, es decir, se colocaron trampas en el interior de los focos detectados que atraían a estos escarabajos con el fin de realizar capturas masivas e impedir la dispersión de la plaga.
Además de las inspecciones periódicas a palmeras en dichos focos se efectuaron inspecciones a raíz del aviso de particulares, y se desarrolló e implantó un Sistema de Información Geográfica (SIG) para colaborar en el análisis geográfico de la información, coordinar los seguimientos y sistematizar las inspecciones de campo.
Estas actuaciones, que han sido desarrolladas por la empresa pública Gestión del Medio Rural bajo la dirección del Servicio de Sanidad Vegetal de la Consejería de Agricultura y con el apoyo de Gesplan, has supuesto un coste de 9 millones de euros financiados por el Gobierno de Canarias y el Estado.
Efectos devastadores
El picudo rojo es actualmente uno de los insectos más dañinos para las palmeras en el mundo, se indica en la nota. Las plantas infestadas se amarillean y marchitan y puede llegar a causar la muerte del ejemplar afectado. La zona que resulta más afectada es el cogollo o la cabeza, lo que provoca la caída de las hojas.
Originario de las regiones tropicales del Sureste Asiático y Polinesia, comenzó su expansión hace 25 años con el ataque a palmeras datileras de los países del sur de Asia, Península Arábiga e Irán. Fue introducido en el norte de África a través de Egipto en el 1993 desde donde siguió expandiéndose hacia Italia, Francia, Portugal, España, Centroamérica y California, siempre ligado a la importación de palmeras.
Una sola palmera infestada puede ser el inicio de una gran infección, ya que en su interior pueden desarrollarse hasta más de mil individuos y solaparse diferentes generaciones de este organismo en una misma planta.