Se llaman Yasha y Yana y un micrófono indiscreto ha grabado la conversación que mantenían. Lo extraordinario, claro, es que Yasha y Yana son dos delfines. Estaban situados a un metro de distancia aproximadamente. Cada vez que uno de ellos pronunciaba una serie de clicks (uno de los tipos sonidos que utilizan para comunicarse), el otro esperaba a que su compañero terminara antes de responder con una frase similar. No se interrumpían. Su diálogo tuvo lugar en la piscina de la Reserva Natural Karadag, en Ucrania, y fue registrada por un hidrófono (un micrófono que puede usarse en el agua) diseñado para ser capaz de distinguir entre distintas voces.
Según se recoge en una información de Teresa Guerrero para el periódico El Mundo, el comportamiento de estos dos delfines mulares (Tursiops truncatus) de la subespecie del Mar Negro está siendo estudiado para entender mejor la compleja forma en la que se comunica esta asombrosa especie animal.
Se trata de de la primera conversación entre delfines que es registrada, según asegura el investigador Vyacheslav Ryabov, autor principal de este estudio publicado en la revista Physics and Mathematics y titulado El estudio de las señales acústicas y el supuesto lenguaje oral de los delfines. De lo que no tienen pistas es de su contenido.
El cerebro de los delfines es (proporcionalmente a su tamaño) uno de los más grandes del reino animal y sus capacidades y los sentimientos que parecen expresar no dejan de sorprender a los investigadores. Observando su comportamiento han averiguado, por ejemplo, que son capaces de resolver una gran variedad de problemas, cooperan entre ellos para conseguir alimentos para el grupo, lloran a sus compañeros fallecidos y tienen mejor memoria que la mayoría de las especies. Así, se ha demostrado que se acuerdan de delfines con los que convivieron hace 20 años.
Su avanzado sistema de comunicación, basado en los mencionados clicks, en silbidos y en el lenguaje no oral (también transmiten información a los miembros de su grupo con gestos o movimientos) es uno de los más complejos de la naturaleza. Hace tiempo que los investigadores saben que la mayoría de las especies de delfines producen los dos tipos de sonidos, clicks y silbidos (hay sonidos distintivos para mostrar que están contentos, emocionados, estresados o separados de su grupo), aunque algunas especies de las familias Kogiidae, Physeteridae y Phocoenidae y de la subfamilia Cephalorhynchinae no emiten silbidos.
El estudio realizado en la piscina ucraniana ha mostrado que los delfines escuchan a su interlocutor sin interrupción antes de responder. Para Vyacheslav Ryabov, el intercambio que grabó en la piscina se parece a una conversación entre dos personas.
Según explica a EL MUNDO, «las grabaciones de los sonidos de los delfines se hicieron a una frecuencia de 1MHz, y para ser reproducidas es necesario contar con un hardware y un programa especial. Asimismo, las señales acústicas son tan cortas y en una banda tan ancha, que están fuera del alcance del oído humano por lo que una persona no podría oírlas».
Para realizar esta investigación, Ryabov estudió el comportamiento de 15 delfines. En la piscina de la Reserva Natural de Karadag sólo viven dos ejemplares en la actualidad. Según señala el artículo, el lenguaje de los delfines «muestra las características presentes en el lenguaje humano hablado, lo que indica un alto nivel de inteligencia y de conciencia en los delfines«. Desde su punto de vista, «su este lenguaje puede ser considerado como un idioma con un alto grado de desarrollo, semejante al lenguaje humano»
Su siguiente objetivo será «estudiar mejor las características y las propiedades de sus señales acústicas».