Sí se puede La Gomera, en el Día Mundial del Turismo, considera imprescindible asumir que, de cara a mejorar la calidad turística de la Isla, las Administraciones Públicas deben tener como prioridad la puesta en uso y la optimización de la considerable cantidad de equipamientos turísticos que permanecen cerrados o inacabados.
“No es de recibo que obras financiadas con mucho dinero público sean hoy más un perjuicio que un beneficio para la isla y para su promoción turística. Debemos asumir que, con esas obras inútiles, que tan acertadamente se llaman ‘pufas’, estamos dando una muy mala imagen a nuestros visitantes” manifiesta Ada García, portavoz de la formación ecosocialista.
Para Sí se puede el hecho de que obras paradigmáticas como el Jardín del Descubrimiento en Vallehermoso o el Mirador del Palmarejo permanezcan cerrados y en estado de abandono “es la constatación de que las administraciones responsables se muestran incapaces de darle una salida a unos equipamientos que bien gestionados generarían empleo de calidad y riqueza para la economía local”.
“En nuestra opinión la situación que se da en La Gomera al respecto de este tipo de obras es extremadamente grave, porque además de estas obras que están cerradas por incapacidad hay otras que difícilmente se puedan poner nunca en funcionamiento”, insiste la portavoz, para señalar que “el ejemplo más patente es el Mirador del Santo, una obra que necesitaría una investigación de meses para averiguar cuánto ha costado y para la que es difícil encontrar rentabilidad”.
Desde la formación asamblearia se ve con preocupación cómo lejos de abandonar esta política megalómana, las administraciones públicas siguen planteando este tipo de equipamientos para el desarrollo de La Gomera. “En el Mirador del Cristo, en vez de plantear una obra que promueva el desarrollo de San Sebastián, se plantea un megaproyecto que mucho nos tememos vaya a terminar por absorber la actividad comercial del turismo de excursiones y perjudique al comercio del Casco de La Villa” explica García.
El ejemplo por antonomasia de este tipo de proyectos que alejan la economía de los pueblos es para Sí se puede el Mirador de Abrante. “Mientras el casco de Agulo agoniza, quienes van al Mirador de Abrante se sacan fotos en su espectacular pasarela. Es una situación muy rara, casi esquizofrénica, pero es lo que está pasando con este tipo de instalaciones. Se hacen miradores para mirar cómo nuestros paisajes se deterioran”.
“Otro ejemplo es Juan Rejón. Una sencilla rehabilitación de este espacio y la ubicación del Centro de Visitantes del Lagarto Gigante habría bastado para generar un polo de atracción para que los visitantes conozcan el barrio de La Calera. El resto del dinero hubiera servido para acciones de puesta en valor del histórico del lugar y de su patrimonio edificado y su historia, sus callejones intrincados de aire árabe. Tras la finalización de la obra, el turista visitara solo el mirador mientras los pequeños negocios locales desaparecen”.
“Creemos que se tendría que trabajar más en cómo mantener esos paisajes y menos en gastar mucho dinero público en obras. Y lo que sí exigimos es que, si este tipo de instalaciones se hacen y se ocasiona tanto gasto, se procure su puesta en uso. Estas obras cerradas no producen riqueza ni empleo de calidad, generan gastos de mantenimiento y encima dan una muy mala imagen de La Gomera para quienes nos visitan, así que es hora de darles una salida” insiste la portavoz.
Ada García finaliza: “no queremos turismo de masas, guaguas y miradores. Nos ha ido muy bien con el turismo respetuoso, el que camina y valora La Gomera tal y como es. Para Sí se puede, no debiera interesar tanto los números de visitantes y sí la calidad del visitante y de su estancia. Hay que trabajar en que ese turismo genere riqueza y que esa riqueza se distribuya razonablemente entre la población local”.